La constatación de que un acuerdo es imposible

La absoluta falta de sintonía, incluso en el plano personal, que existe entre el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, se puso ayer una vez más de relieve durante la agradable ceremonia en que devino la solemne entrega del Premio Cervantes al escritor mexicano Fernando del Paso. Ambos líderes se comportaron con una frialdad distante y si se dieron la mano, en un breve e impersonal saludo, fue obligados por la intervención de un tercero, el portavoz del PSOE en la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo. Si quedaba alguna duda sobre la imposibilidad de que los dos principales partidos españoles lleguen a un acuerdo de Estado para garantizar la estabilidad y propiciar el necesario proceso de reformas, ayer quedó patente que, salvo dudosa maniobra de última hora por parte de Pedro Sánchez por su flanco izquierdo, los ciudadanos se verán requeridos a una nueva cita con las urnas. Testigo de excepción de lo ocurrido fue el propio Monarca, Don Felipe VI, que mañana lunes comienza la última ronda de consultas antes de disolver las Cámaras. Sin querer recurrir a memorial de agravios alguno, lo cierto es que el rechazo del PSOE a cualquier pacto con el Partido Popular ha condicionado todo el proceso.