Igualdad de género
La igualdad, motor necesario de la democracia
Las sociedades más desarrolladas han avanzado en el terreno de la igualdad y, en ese sentido, la lucha por un mundo beligerante contra la diferencia se ha convertido, con mayor o menor empeño, en un propósito común y global que necesita, sin embargo, de constante empuje y estímulo. El II Encuentro de Políticas de Desarrollo, organizado por la Fundación Mujeres por África, la Fundación Ramón Areces y la Universidad Complutense, y que reúne en Madrid a prestigiosos expertos en las diferentes perspectivas que afectan a la lucha contra la desigualdad, con especial protagonismo de la ex vicepresidenta del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, cumple esa imprescindible función de alimentar la sensibilización social en favor de una causa justa. Las palabras sentidas y adecuadas de Teresa Fernández de la Vega en este foro –con las que hizo hincapié en que en estos tiempos de transformación los políticos no sólo «se han olvidado de la igualdad, que es el corazón de la democracia», sino, algo peor: «Se habla mucho» de ella, pero «luego nada se hace para combatirla»– reflejan hasta qué punto estamos lejos de una situación que podamos calificar de tolerable. Cabe preguntarse, como trascendió de la intervención de De la Vega, si existe voluntad real y definitiva en cerrar la brecha de la desigualdad y alentar convivencias y desarrollos más justos, o sólo hay poses y buenos deseos. Si no somos capaces de armar auténticas sociedades incluyentes y sostenibles, el fracaso nos retratará.
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