La necesaria moderación en la próxima campaña

Ante la hipótesis cada vez más probable de una repetición de las elecciones generales habría que pedir a los distintos partidos políticos un esfuerzo de moderación en la subsiguiente campaña electoral y al Gobierno en funciones que limite en lo posible el gasto público que conlleva necesariamente el proceso. Lo ideal sería acortar el tiempo de campaña, pero eso no es posible sin una reforma de la ley electoral lo cual, en las circunstancias actuales, no se puede llevar a cabo. Queda, pues, encomendado a la sensibilidad de los candidatos el mayor o menor respeto a una ciudadanía a la que se vuelve a convocar a las urnas ante el fracaso de sus representantes políticos a la hora de conformar un gobierno. Nada puede desmovilizar más al electorado que una campaña que repita la crispación de la anterior o que prolongue la manipulación del Congreso como caja de resonancia de la propaganda partidista. Respecto a la reducción del presupuesto, el Gobierno en funciones puede actuar sobre la cuantía de las subvenciones que se otorgan a los partidos, tanto para el uso de Correos como en la asignación por escaño ganado y número de votos obtenidos. Al fin y al cabo, se trata de un dinero público que la mayoría de los actuales partidos en liza van a cobrar dos veces.