La Unión Europea debe sancionar a maduro

De cumplirse el anuncio realizado por Nicolás Maduro de convocar una Asamblea Constituyente para que redacte una nueva constitución, supondría un golpe de mano que convertiría a Venezuela en una dictadura. No habría marcha atrás. En sus planes entra una Asamblea de 500 miembros, la mitad de los cuales serían representantes de las organizaciones chavistas que suponen el verdadero poder del régimen. Para que no haya dudas de sus intenciones, el nuevo Parlamento se define como «popular y comunal». Los pasos dados semanas atrás indican que la decisión de acabar con cualquier rastro de democracia y respeto a las libertades es evidente. Cuando el Tribunal Supremo arrebató todos los poderes de la Asamblea estaba ya indicando el camino para el futuro de Venezuela. No basta con impedir que el organismo legislativo pueda desempeñar su función, sino que hay que liquidarlo. La persecución de la oposición y el encarcelamiento de sus líderes no ha sido suficiente para acallarlos. Muy al contrario, Venezuela vive en estos momentos una verdadera revuelta cívica que sólo ha encontrado una respuesta por parte de Maduro: más represión. Esta alarmante situación contrasta con la estudiada contención con la que está actuando la comunidad internacional. La Unión Europea debe advertir a Maduro que, de no respetar la democracia, será sancionado con medidas que pueden ahogar aún más la economía venezolana.