Termómetro de la recuperación económica

La morosidad en la banca española ha caído hasta los mismos niveles que antes del estallido de la crisis financiera internacional. Es, además, la más baja desde 2010, con un porcentaje de 9,47 créditos dudosos por cada 100 concedidos. Los datos dan cuenta también de la recuperación de las operaciones crediticias –superan ampliamente el billón de euros–, en el mismo tenor que el resto de los indicadores económicos, como la prima de riesgo, que volvió ayer a bajar de los 100 puntos, o los intereses que paga el Estado por el bono a diez años, que ha descendido por primera vez al 0,916 por ciento. Todos estos datos dibujan el termómetro de la economía española, que mantiene su tendencia al alza y sigue creciendo por encima de la media de la eurozona. Se demuestra que los programas de reformas adoptados por el Gobierno de Mariano Rajoy a lo largo de su legislatura eran acertados, más allá de las emergencias de la crisis. Pero, al mismo tiempo, se hace imperativo que España salga de una vez del «impasse» político, de la interinidad del Ejecutivo, que no permite seguir profundizando en la modernización de nuestras estructuras productivas, lastra el esfuerzo de la sociedad española y perjudica la creación de empleo, que es el principal desafío.