Elecciones andaluzas

Tiempo nuevo para Andalucía

Andalucía ha padecido la crisis con las dificultades propias de un territorio anclado en el furgón de cola del país y de Europa desde hace más de tres décadas. Lógicamente, las regiones menos prósperas han sido y son más vulnerables a las adversidades de una coyuntura recesiva sin respuestas eficientes, en este caso, del Gobierno regional. Si algo está claro cuando se repasa la situación presente es que Andalucía no puede continuar mucho más tiempo con la actual ausencia de pulso político, económico e institucional. Además de una estrategia poco definida, discontinua, a impulsos populistas, que no ha aportado respuestas eficaces a los endémicos problemas de desempleo y a los desequilibrios económicos, hay que sumar el escándalo de los ERE, uno de los más graves de la democracia con todos los rasgos de corrupción institucionalizada en las estructuras de la Junta de Andalucía. Con una instrucción judicial en marcha, el asunto está aún por ser sustanciado en los tribunales, pero lo conocido hasta la fecha debería pesar como una losa sobre el PSOE, protagonista principal de los manejos con el dinero público que han quedado al descubierto. Andalucía anda sumida en una encrucijada de desorientación, descrédito y resistencia del poder público socialista y comunista al poner el interés público por encima de cualquier otro, y así el deterioro no encuentra freno. En el horizonte político aparece un enfrentamiento entre los dos proyectos mayoritarios renovados en sus liderazgos que tiene que ser, por encima de todo, una oportunidad para dejar atrás un tiempo depresivo. El candidato a presidir el PP de Andalucía, Juan Manuel Moreno, representa una alternativa avalada por su notable experiencia en la gestión de los asuntos públicos y por la visión global y panorámica que sus tareas en la Administración le han aportado. Además, Moreno cuenta con una organización política fuerte y capaz a la que debe sacar provecho. Su responsabilidad será poner al día el proyecto que los andaluces necesitan. Para Susana Díaz, presidenta de la Junta y líder del PSOE-A, el reto es mayúsculo: desvincularse de una gestión gris y desacreditada en la que estuvo en primera línea como mano derecha de José Antonio Griñán, y vender otro proyecto socialista que ilusione después de tres décadas de administración frustrante. No cuestionamos que Susana Díaz ponga todo su empeño en sacar adelante Andalucía, pero ninguna circunstancia sugiere que esté en condiciones de conseguir ahora aquello en lo que su partido y ella misma han fracasado estos años. Los socialistas necesitan regenerarse, ventilar su organización, renovar su discurso y desvincularse de los comunistas, y la comunidad y los ciudadanos requieren la alternancia política.