Una buena estructura de Gobierno

Desde que Mariano Rajoy llegó a La Moncloa, el 21 de diciembre 2011, el Gobierno ha sufrido cuatro remodelaciones. La de mayor significado político fue la provocada por la dimisión de Ruiz-Gallardón como ministro de Justicia, en septiembre de 2014. Dos meses después, la titular de Sanidad, Ana Mato, abandonó el cargo tras su citación judicial por el «caso Gürtel». La sustitución de Wert por Méndez de Vigo fue un gran acierto, al igual que otras ministras, como García Tejerina en Agricultura y Fátima Báñez en Trabajo, que han sido excelentes ministras. En conjunto, los gobiernos de Rajoy han sido estables y han mantenido indemne sus estructura basada en la vicepresidencia de Sáenz de Santamaría y en el área económica. El papel jugado por Fernández Díaz al frente de Interior ha sido una de las piezas claves en un momento en el que Europa era un objetivo primordial del terrorismo yihadista, con ataques incruentos en París y Bruselas y un riesgo permanente de penetración de sus céluas, de los que España no estaba excluida. El acoso que sufre Fernández Díaz por los independentistas y la izquierda no le debe excluir de seguir asumiendo tan importante responsabilidad, que ha desarrollado con indudable acierto. No hay motivos, por lo tanto, para que un futuro Gobierno cambie sus ministros más destacados.