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Venezuela ante el peor momento del chavismo

La Razón
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El próximo domingo se celebrarán elecciones legislativas en Venezuela. Lo que debería ser un proceso normalizado, se presenta como una situación de excepción en la que, como nos tiene acostumbrado el régimen bolivariano, se elige algo más que la representación popular: se vota entre socialismo chavista o muerte. «De esto depende la paz, la estabilidad del país», según la jerga de Nicolás Maduro. Es una invocación al voto de la amenaza. Hay, por supuesto, algo de temor a que la oposición consiga la mayoría de los 167 escaños de la Asamblea Nacional –que es unicameral–, ya que, aunque débil, ha conseguido fraguar la alianza representada por la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Maduro ha desestimado los últimos sondeos en los que la candidatura encabezada por Henrique Capriles conseguiría la victoria. Hay antecedentes que justifican la alarma encendida en el bloque chavista. Por un lado, el hecho de que en las elecciones de 2010 –vivo todavía Chávez y con una ley electoral hecha a medida– el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) sólo se distanciara cien mil votos de la MUD. Por otra lado, que en las últimas presidenciales de 2013 Capriles estuvo a 1,5 puntos de superar a Maduro. El futuro de Venezuela está en juego y, desde luego, el chavismo no asegura ni el bienestar ni la paz.