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Carmena planta y ofende a los madrileños

La Razón
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Manuela Carmena se convirtió ayer en la primera alcaldesa de Madrid que no acudió a la festividad de la Virgen de la Paloma, la «patrona popular» de la capital. Carmena anunció que un compromiso familiar le impedía estar en una de las grandes citas de la ciudad, si bien enmarcó la ausencia en su decisión de reducir su presencia en estos actos. Debía referirse a los religiosos, claro. La alcaldesa tiene obligaciones con la capital, sus tradiciones y sus vecinos, piensen como piensen, y profesen la fe que profesen. Su espantada es la falta de respeto propia de quien se maneja con sectarismo y no ha entendido los deberes que apareja su cargo.