El Futuro de Venezuela

La democracia no puede recompensar la violencia

Los graves disturbios en el barrio burgalés de Gamonal y en Madrid este miércoles son expresiones callejerasque poco tienen que ver con la democracia. La violencia como argumento es la antítesis de lo que representa el Estado de Derecho. La legitimidad democrática no reside en la fuerza agresiva de una exigua minoría radical, sino en la representatividad política y en los cauces legales previstos. Recompensar a los que perturban el orden y la convivencia es un grave error que crea precedentes peligrosos e impredecibles.