El frente separatista se ha esforzado hasta el límite para «internacionalizar» sus demandas. Aunque el eco conseguido no ha alcanzado el carácter épico soñado, ayer se dio a conocer un manifiesto suscrito por diez firmantes de diversa dimensión internacional en apoyo a las tesis rupturistas. Artur Mas puede presentar a España como un país que pisotea los derechos civiles, como si fuera Siria o Irán, e incluso lograr la adhesión de socorridos activistas y premos Nobel como Desmond Tutu –premiado a su vez por el propio Mas– y Pérez Esquivel, pero otra cosa es que la comunidad internacional pueda tomarse en serio este episodio que retrata a sus promotores.