No era un problema de dinero, sino de modelo

La secretaria de Estado, Montserrat Gomendio, afirmó que en España «se ha invertido mucho dinero» en Educación la última década, «pero no se ha invertido bien». No faltaron medios; fallaron los resultados. Los presupuestos se tradujeron en menos alumnos por profesor, educadores entre los mejores pagados de Europa, más horas lectivas, más deberes para los alumnos... Y, sin embargo, un fracaso escolar inaceptable. El continuismo en un modelo ineficiente habría sido una irresponsabilidad. La reforma educativa estaba más que justificada. La resignación no era el medio de lograr generaciones formadas para poder competir con garantías.