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Oportunidad perdida a favor de la vida

El Partido Popular no debería marear más a su electorado con amagos y retóricas baldías en torno al aborto que no concretará de la única forma admisible a estas alturas. Puede que alguno sienta la tentación de intentar embaucar con un titular o una mera declaración de intenciones al votante comprometido con unos principios y valores muy definidos que se ha sentido hondamente defraudado. Se equivocarán de nuevo, como lo han hecho tozudamente en un terreno que no es cualquiera. Pero la realidad es mucho más cruda que todo eso, y es sencillamente que el partido en el gobierno no piensa rectificar el incumplimiento de una promesa electoral de tanto valor emocional y de tanta dimensión moral y también política para los suyos. Como ya informó LA RAZÓN, el Gobierno no modificará la ley del aborto actual, más allá de la necesidad del permiso paterno para la interrupción del embarazo en adolescentes de entre 16 y 18 años. El aborto, por tanto, seguirá siendo un derecho y no un atentado contra el derecho más sagrado. Los populares han perdido una oportunidad única, en una legislatura con mayoría absoluta, para haber promovido una ley integral en defensa de la vida y de la maternidad conforme a la doctrina del Tribunal Constitucional y bajo un enfoque humanista que relegara el relativismo que impregna la regulación vigente. El desencanto y el pesar están más que justificados.