Elecciones

Se puede parar la oleada izquierdista

La certeza de que en España se avecina un Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos convierten la cita con las urnas de mañana en una segunda vuelta electoral de enorme trascendencia para el futuro de la Nación. Es así porque nuestro modelo de descentralización territorial permite que los gobiernos autonómicos puedan ejercer de contrapeso ideológico y de praxis a un Ejecutivo que, necesariamente, desarrollará una política fiscal y económica en los cánones del populismo de izquierdas, cuyas consecuencias para los ciudadanos son fáciles de adivinar. Siempre que se aplican sus fórmulas se producen los mismos efectos de quiebra económica, desconfianza inversora y deterioro del mercado laboral. De ahí, que la probabilidad de que las urnas consagren un período de hegemonía izquierdista en el Ejecutivo central, los gobiernos autonómicos y los principales ayuntamientos abre un horizonte de mayores cargas fiscales, ya sea por la vía de la imposición directa, ya por el recurso a la reimplantación del impuesto de sucesiones o por la subida del IBI. Es preciso llamar a la movilización de los votantes del centro derecha no sólo para que acudan a las urnas, sino para que agrupen su voto en torno a la formación mejor posicionada: el Partido Popular.