El canto del cuco
Elecciones europeas, en clave nacional
El miedo y la mentira son las características inequívocas de todos los regímenes totalitarios. Y aquí hay, de un tiempo a esta parte, con el orden constitucional amenazado, señales de eso y amenazas inquietantes
Las elecciones europeas se desarrollan en España en clave nacional. Europa sigue quedando lejos. Como se comprobó en la gran concentración popular del domingo en Madrid a la sombra castiza de la Puerta de Alcalá, la nueva cita con las urnas se plantea desde el centro-derecha como una segunda vuelta de las elecciones generales del 23-J. Más concretamente, como un plebiscito sobre la continuidad de Pedro Sánchez. Para eso se saca otra vez a relucir el cartel de la amnistía, en vísperas de su aprobación definitiva, que es la decisión más grave y peor acogida de todo el mandato sanchista. ¡El precio de siete votos!
El dirigente socialista parece más vulnerable que nunca. Su debilidad parlamentaria se puso de manifiesto ostensiblemente la semana pasada cuando el partido gobernante tuvo que guardarse dos importantes leyes en el cajón. Los apoyos de la investidura son más inseguros de día en día. La campaña europea rompe las costuras del propio Gobierno. La amenaza de una moción de censura deja de ser aventurada. Ahora depende de Puigdemont y del porvenir de Illa. La irresponsable crisis con Israel y con Argentina rebaja el poco crédito europeo que le quedaba. El juez que investiga los negocios de su mujer parece decidido a seguir adelante con todas las consecuencias. Todo esto, además de la crítica abierta a su gestión por antiguas figuras de su partido, con Felipe González a la cabeza, conduce a la misma conclusión: Pedro Sánchez pasa por su peor momento. Sus gestos cada vez más descompuestos y autoritarios, entre el insulto y la carcajada, lo confirman.
Su argumento, casi único, para sostenerse, es el fantasma de la extrema derecha. Incluye en el mismo saco al Partido Popular. No le importa insultar a millones de ciudadanos votantes del partido de Feijóo a los que no se les ha pasado por la cabeza votar al partido de Abascal. Es el gran bulo del sanchismo para sobrevivir. Si hay una barrera que contenga la avalancha ultra de izquierda y de derecha en Europa es el Partido Popular Europeo. Y lo mismo ocurre en España. El miedo y la mentira son las características inequívocas de todos los regímenes totalitarios. Y aquí hay, de un tiempo a esta parte, con el orden constitucional amenazado, señales de eso y amenazas inquietantes. Por eso la política interior prevalece en esta campaña europea sobre asuntos tan importantes como el reparto de los fondos agrarios y regionales, la transformación energética y digital o el peliagudo problema del rearme. El porvenir de Europa también se ventila en el inmediato futuro político de España.
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