Parresía

La España periférica

No vale ponerse de perfil ante los problemas verdaderamente importantes de un país. La corrupción, la avalancha migratoria, las exigencias del campo para subsistir, el narcotráfico impune… Ahí está lo que más nos importa

Son tiempos duros para muchos, ya lo sé. Mirad estos días a los agricultores y a los ganaderos, luchando donde haga falta por sus derechos. ¡Mirad a los políticos que nos gobiernan! Los primeros cuentan con la simpatía popular. Los segundos van de escándalo en escándalo, y tiro porque me toca. Vivimos en una España en permanente cabreo y lamentablemente curada de espantos cuando observa a su clase política.

La semana pasada nos dolíamos del narcotráfico y de la indefensión de esos agentes que lo combaten en el Estrecho, con medios ridículos, con embarcaciones averiadas. Os hablábamos del ministro Grande-Marlaska y de su controvertida gestión al frente de la Guardia Civil –ya va por la segunda reprobación– y ahora, repentinamente, emerge el caso Koldo en todos los periódicos. De entrada, huele fatal.

El hombre de confianza del exministro Ábalos, el oscuro asesor/guardaespaldas y tantas otras cosas, salido de las entrañas del sanchismo, resulta que fue también el supuesto cerebro de un entramado que adjudicaba contratos sanitarios a cambio de comisiones ilegales cuando éramos más frágiles que nunca, en lo peor de la pandemia. Empieza a salir la basura escondida, con varios líderes socialistas salpicados, y vamos intuyendo que el asunto da para un culebrón largo, chusco, de incierto final.

A varios miles de kilómetros de Madrid, entretanto, sigue agrandándose el drama de la inmigración ilegal sin que a nadie le importe excesivamente. Canarias lleva varios meses absolutamente desbordada, pidiendo solidaridad al resto de las Comunidades Autónomas y al Gobierno central. Mas de 5.600 menores no acompañados se encuentran en las islas, la mayoría sin escolarizar, en unas condiciones que dejan mucho que desear, a pesar de la buena fe de quienes les atienden. Procuraremos explicaros hoy en la tele la enorme dimensión del problema. Os escribo desde El Hierro, epicentro de la inmigración desbordante de los últimos meses. Antena 3 Noticias ha venido hasta aquí para darle voz a sus habitantes, a sus demandas. Olvidadas, como tantas otras de la España periférica.

A esta isla de apenas 11.000 habitantes ha llegado, solo el año pasado, bastante más población de la que tiene, unos 14.000 inmigrantes, la inmensa mayoría desde Mauritania. Y en lo que llevamos de 2024, se ha multiplicado por 10 el número de llegadas de cayucos a sus costas. ¿Cómo hacer frente a este fenómeno? No puede minimizarlo el Gobierno, tan ocupado en sacar adelante una ley de amnistía que le mantenga en el poder a costa de lo que haga falta. No vale ponerse de perfil ante los problemas verdaderamente importantes de un país. La corrupción, la avalancha migratoria, las exigencias del campo para subsistir, el narcotráfico impune… Ahí está lo que más nos importa.