Canela fina

Feijóo sabe rectificar

«Las negociaciones cegadas tal vez se puedan reconducir. A Feijóo sólo le faltan cuatro escaños para instalarse en la mayoría absoluta»

A mi mesa de trabajo llegan testimonios suficientes para afirmar que Núñez Feijóo, hombre moderado y prudente, ha rectificado los errores cometidos y ha convocado a varios expertos con el fin de llevar a cabo las negociaciones que le permitan sumar los cuatro diputados necesarios para completar la mayoría absoluta. Tal vez sea tarde; quizá se esté todavía a tiempo. En todo caso, al mundo liberal conservador le conviene que Feijóo haya abdicado la soberbia y avance ya por los caminos desbrozados.

Un presidente nacional no es lo mismo que un presidente autonómico. Tras la victoria electoral del 28 de mayo, estaba claro que Feijóo debió tomar una decisión inequívoca: exigir a los líderes autonómicos el acuerdo con Vox en 48 horas o bien ordenar que no se hiciera nada hasta después de las elecciones nacionales convocadas por Sánchez. El líder socialista había perdido las elecciones autonómicas y municipales en gran parte por el rechazo popular a su alianza con los secesionistas catalanes y con los proetarras de Bildu. El disparate de Feijóo permitió a los líderes autonómicos del PP hacer lo que en gana les viniera. Y se sustituyó en la opinión pública el debate en torno a las alianzas de Sánchez por la controversia sobre los pactos de Feijóo con Vox.

Cuando, tras el escabeche de Pablo Casado, desembarcó el líder gallego en la presidencia nacional del PP, se habló mucho del «efecto Feijóo». Y el presidente del PP, iluso y soberbio, se lo creyó cuando la sobria verdad era que un sector de la opinión pública votaba en contra de Sánchez, no a favor de Feijóo.

Las encuestas de Michavila situaban al PP por encima de los 150 escaños. Los errores acumulados del presidente popular los redujeron el 23 de julio a un resultado precario que impedía gobernar a Feijóo salvo certera negociación con el PNV. La tórpida actuación del líder popular cegó los caminos peneuvistas. Ahora las cosas han cambiado. Abascal ha renunciado públicamente a formar parte del Gobierno Feijóo y las negociaciones, no sólo las peneuvistas (porque el líder popular tiene más de un as en la manga), quizá se puedan reconducir, que es lo que teme el sanchismo.

Habrá que subrayar, en fin, la flexibilidad de Feijóo para reconocer los errores cometidos. Y la rectificación. Difícil saber si lo ha hecho a tiempo.