Letras líquidas

La foto

Hacerse la víctima y apelar a conspiraciones externas: vieja táctica de dudosos resultados

No creo que una imagen valga más que mil palabras, dependerá de la imagen y de las palabras, pero es innegable el poder contundente y evocador que guardan algunas instantáneas. Capaces de resumir épocas, espíritus sociales y ánimos colectivos en un solo golpe de vista. Y varias fotografías de ese nivel se reúnen en la exposición «Marisa Flórez. Un tiempo para mirar» que recoge parte de la obra de la fotoperiodista y que ejercen como línea del tiempo visual de nuestra democracia. Entre 1977 y 2020 cabe una buena porción de la España más reciente: de la que fuimos y a la que hemos llegado. De las pequeñas revoluciones estéticas (aquel pecho descubierto de Susana Estrada) a los grandes cambios de la Transición (la Pasionaria y Alberti en la escalinata del Hemiciclo del Congreso recién llegados del exilio), manifestaciones universitarias, osadías de la Movida y las primeras mujeres guardias civiles. Fogonazos de la memoria con la política como eje vertebrador de una sociedad que avanzaba a equipararse con los sistemas democráticos del entorno, con luces y sombras, reflejadas en la soledad de Suárez en la bancada azul o en el desgaste de gobiernos posteriores de mayorías absolutas que terminaron ahogados en su poder y sus rodillos. Estas miradas atrás, a veces, más que un ejercicio de nostalgia se vuelven una prueba de humildad: casi todo lo que nos ocurre ha pasado ya. Y si no, se le parece mucho. Ahora que la crónica de tribunales fagocita la iniciativa política, las escuchas comprometidas y las filtraciones sonrojantes fuerzan a que la conversación pública gire en torno a las estrategias de defensa. Y las hay de muchos tipos, la que asegura que lo mejor es un buen ataque, la de negarlo todo (que diría Woodward), o esa otra que matiza que «la defensa es para tiempos de escasez y el ataque para tiempos de abundancia» de «El arte de la guerra». Aunque, sin duda, una de las que más se estilan ahora es la de hacerse la víctima y apelar a conspiraciones externas: vieja táctica de dudosos resultados. Habrá que esperar un tiempo, y quizá alguna otra exposición, para ver qué foto nos deja todo esto.