Opinión

Un grande en la política

Josep Piqué fue una persona excepcional, con el mundo en la cabeza y España en el corazón.

Tuve la fortuna de trabajar muy cerca de Josep Piqué, como su Director de Gabinete, cuando en los años 2002 y 2003 fue ministro de Ciencia y Tecnología. De él aprendí muchas y buenas cosas. Una persona excepcional, con el mundo en la cabeza y España en el corazón.

Su rigor y nivel de exigencia en el trabajo no era sino el reflejo de una cabeza perfectamente amueblada. Alguien que siempre tendió puentes, defendiendo con sentido común una Cataluña que, como región de España con «seny», nos hacía más grandes y fuertes. El problema, decía, es que estábamos en tiempos de «rauxa»…

Aunque fueron cuatro las carteras ministeriales que ocupó, quizá la que más le marcó y disfrutó fue la de Exteriores, porque le permitía transmitir la imagen de una España moderna que podía jugar un papel relevante en el mundo. Su visión geoestratégica de la situación mundial, de sus problemas y conflictos siempre los analizaba desde un profundo conocimiento de la historia, de la que era gran apasionado. De aquí que algunos le calificaran como el Kissinger español. «La geografía siempre está ahí», decía, pero «con la historia se explican muchas situaciones».

Fue, además de un magnífico servidor público de España, en el sentido más noble del término, un hombre de empresa con conocimientos y experiencia sobrados sobre nuestra realidad industrial, cartera que también ocupó de forma brillante y recordada.

Persona que comunicaba con claridad en cuatro idiomas, fue un trabajador incansable que acudía allí donde podía introducir sentido común. Su evolución ideológica, paralela a la del profesor Tamames, le permitió conocer en su juventud los atrasos de una izquierda radical que solo busca la división, para defender después, y sin complejos, una España abierta y reconciliada en la Transición.

Fue un lujo trabajar a sus órdenes y aprender de él. Descansa en paz, querido Josep.

* Gonzalo Babé Romero fue Director General del Gabinete de Josep Piqué en el Ministerio de Ciencia y Tecnología entre 2002 y 2003.