La guerra entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias

Los sanchistas y los yolandistas se precipitaron al dar por muerto a Iglesias, ya que confundieron sus deseos con la realidad. El tiempo ha confirmado, una vez más, su error. El fundador de Podemos se apartó para emprender nuevas aventuras, algo sorprendente, en lugar de dedicarse al mundo académico. Desde entonces han caído dos amigos que le traicionaron. Errejón y Monedero han desaparecido del panorama político y ya solo tienen más pasado que futuro. Más Madrid está en retroceso y su líder, Mónica García, ha demostrado su incompetencia al frente del Ministerio de Sanidad, así como su escasa capacidad para liderar esta formación. Rita Maestre está desdibujada en el ayuntamiento de Madrid y en cualquier momento nos olvidaremos de que es la portavoz del grupo municipal. No hay nada mejor que darles un cargo para saber la auténtica valía de los políticos. En la Asamblea de Madrid se dedican al monotema, aunque sin éxito, de atacar a Ayuso. Les sigo con gran interés y consiguen hacer el ridículo al mismo nivel que el pobre delegado del Gobierno, Francisco Martín.

En el caso de Sumar, han pillado varios ministerios, altos cargos y asesorías que son la única razón de su supervivencia, aunque con un claro retroceso en las encuestas. Al final se han convertido en la casta que tanto criticaban y son felices con sus despachos, coches oficiales, sueldos y gastos de representación. Es algo muy humano. Son unos comunistas de manual. El retroceso era previsible, porque han sido fagocitados por el sanchismo. Es lógico que mucha gente prefiera votar al original que a una mala copia. En alguna ocasión, Díaz y sus famélicas huestes intentan recordar que existen, pero con escaso éxito. Es lógico, también, que los electores que quieran una formación de izquierdas radical que no esté al servicio del pesebre monclovita prefieran a Podemos. Con Montero, Belarra e Iglesias saben que es el fin del sanchismo. Es el comunismo de toda la vida actualizado al siglo XXI. Es un equipo cohesionado sin traidores o traidoras, porque Iglesias ha aprendido que no hay que tener prisa. Es verdad que es un escenario que favorece al PP, pero tienen tiempo para construir una formación que sea realmente de izquierda radical.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)