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Hillbilly: Paletos, blancos y pobres, después de Biden
Hay otros Estados Unidos, que aparecen menos en las películas, los periódicos y los telediarios, pero que están ahí
James Donald Vance, más conocido como J. D. Vance (39 años), cooptado por Donald Trump como aspirante a la vicepresidencia por el Partido Republicano, escribe, en Hillbilly, novela autobiográfica: «Nunca empieces una pelea; termina siempre una pelea si la empieza otro y, aunque nunca inicies una pelea, quizá no pasa nada por empezar una si un hombre insulta a tu familia». Fue el consejo que le dio su abuela de niño, con quien creció en la América profunda, blanca y pobre que será, según todos los expertos y las encuestas, donde se decidirán las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos, incluso tras la retirada de Biden. J. D. Vance, ahora senador, encarna el sueño americano, «de la nada a casi todo», con fama también de cínico. No en vano llamó a Trump «el Hitler de América», pero también conoce muy bien a esos votantes tan decisivos, aunque también los menosprecia y los llama perezosos. Hay otros Estados Unidos, que aparecen menos en las películas, los periódicos y los telediarios, pero que están ahí. J. D. Vance, desde su propia experiencia, los ha diseccionado en Hillbilly, una lectura imprescindible, que acaba de ser editada en castellano por Deusto. También hay una película, dirigida por John Howard, bastante fiel a la novela, aunque el texto es más ilustrativo y rico.
«Hillbilly», pero hay otras traducciones, significa «paleto», en su sentido más amplio y tradicional, solo que aplicado a los blancos que viven en la zona de los Apalaches, una cadena montañosa de 3.500 kilómetros que recorre Estados Unidos de norte a sur, y que también pasa por Rust Belt, Middletown (Ohio), donde creció el que puede ser futuro vicepresidente USA y, si lo logra, presidente en un futuro intermedio. Hillbilly describe la sociedad de «los millones de americanos blancos de clase trabajadora que no tienen un título universitario. Una gente –escribe Vance– para la que la pobreza es una tradición familiar: sus antepasados fueron jornaleros en la economía esclavista del Sur, después de eso aparceros, luego mineros del carbón y en tiempos más recientes, maquinistas y empleados de acerías». Son, en definitiva, paletos, blancos –«basura blanca» para algunos– y pobres, pero votan en los Estados que deciden la presidencia y Trump, que sale de ganador y que luego se olvidará de ellos, los quiere a su lado. La retirada tardía de Biden da una opción a los demócratas y también es una esperanza para Europa, que sufriría con otro mandato de Trump, pero no será fácil. Hay millones de «hillbillys» trumpistas y los Estados Unidos se entienden de otra manera tras leer a J. D. Vance.
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