La situación

La UE se humilla ante Trump

«Trump no se habría atrevido a entrar en una guerra comercial, pero se le ha concedido la victoria casi gratis»

Negociar no es fácil. Negociar y tener éxito es aún más difícil. Y se convierte en una condena al fracaso si enfrente tienes a un matón que pone una pistola sobre la mesa.

A Donald Trump le gusta ir de matón cuando negocia, y suele tener éxito, porque la parte contraria tiende a derretirse. No fue así con China, cuyo líder aguantó la mirada cuando el presidente de Estados Unidos se puso estupendo con los aranceles. Y no es así con Vladimir Putin, que engañó a Trump en su primer mandato, y lo está chuleando con la guerra de Ucrania en este segundo. Pero la Unión Europea sí se ha rendido.

Salvemos las distancias entre la II Guerra Mundial y nuestro tiempo –que, por suerte, son siderales–, pero recuerden el deshonroso episodio de Múnich en 1938. Hitler amenazaba con invadir el territorio checoslovaco de los Sudetes. El primer ministro británico Chamberlain trató de apaciguar al líder nazi y aceptó la cesión de los Sudetes para evitar una guerra. Fue entonces cuando Churchill habló así ante la Cámara de los Comunes: «Le dieron a elegir entre la humillación y la guerra; escogió la humillación; ahora tendrá humillación y tendrá guerra».

Trump dio a Europa la posibilidad de elegir entre la humillación de los aranceles –con el añadido de comprometerse a gastar centenares de miles de millones en Estados Unidos–, o una guerra comercial de amplio alcance. Europa ha preferido la humillación. La duda es si Bruselas habrá sabido apaciguar lo suficiente al inquilino de la Casa Blanca para evitar que también tengamos una guerra comercial a medio plazo.

Los matones se crecen cuando saben que provocan miedo. Pero suelen echarse atrás cuando se percatan de que su adversario también puede hacerles daño. La Unión Europea sufre muchos déficits, por tratarse de 27 estados independientes con intereses distintos. Pero la UE tiene cien millones de habitantes más que Estados Unidos, y con alta capacidad económica: solo por ese motivo, conformamos un mercado insustituible para las empresas americanas. Trump no se habría atrevido a entrar en una guerra comercial, pero se le ha concedido la victoria casi gratis.