El trípode del domingo

Isabel I, la Reina Católica

El 26 de Noviembre de 1504, hace hoy exactamente 519 años, fallecía en Medina del Campo la mujer que se encuentra en la Historia reconocida como la Reina Isabel la Católica

El 26 de Noviembre de 1504, hace hoy exactamente 519 años, fallecía en Medina del Campo la mujer que se encuentra en la Historia reconocida como la Reina Isabel la Católica. Es Isabel I Reina de Castilla, que tras su matrimonio en 1469 con Fernando, su homónimo de la Corona de Aragón, acabarán pasando a la Historia como los Reyes Católicos, fundadores del más antiguo Estado nación de la Cristiandad, antecedente de la actual UE. Ese título le será concedido a ella y a su marido por el Papa Alejandro VI poco después del descubrimiento del «nuevo mundo» y que dará comienzo a la epopeya evangelizadora. Un mundo que, -como recordó san Juan Pablo II-, hoy representa «la mayor porción del mundo católico» con más del 40% del total de los que se autodefinen como tales. Son muchos los historiadores hispanos que reconocen la extraordinaria labor de esta gran mujer, que es un referente de la capacidad de buen gobierno y de protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas, en tiempos muy alejados del actual feminismo tan ideologizado e «inclusivo». Los designios de la Providencia son inescrutables, pero en la distancia de los más de cinco siglos transcurridos desde entonces a la actualidad, puede discernirse con nitidez que una vez culminada la Reconquista tras casi ocho siglos de invasión musulmana (cual intensa preparación para acometerla), era llegado el momento de comenzar la evangelización de todo un continente. Y que será la «cristiandad ulterior» compensando las almas perdidas para la Iglesia en la previa Cristiandad europea por el cisma luterano protestante. Solo así puede entenderse que apenas 10 meses después de conquistar el Reino nazarí de Granada, ya estuvieran las tres carabelas - la Santa María, la Pinta y la Niña- al mando de Cristóbal Colón y con su apoyo Regio, avistando tierra americana. Si añadimos que la expedición pretendía una nueva ruta en la búsqueda de las Indias Occidentales, para conseguir comerciar con las especias, no resulta atrevido escrutar acertadamente como el Señor de la Historia tenía previsto que fuera España el instrumento elegido para llevar a cabo esa gigantesca aventura y con la Reina Isabel en particular. Así nacerá el Imperio español en el que «no se ponía el sol» y que la «leyenda negra» promovida por sus competidores y enemigos intenta demonizar. Su causa de beatificación está abierta superadas todas las trabas opuestas por esa leyenda y sus promotores, y es llegado el tiempo de encomendarse a ella pidiendo su ayuda y protección. En este tiempo de tribulación para España es un ancla de salvación como intercesora.