Canela fina

Juan Carlos I, 11 años después

«El fiscal suizo de izquierda radical, Yves Bertossa, investigó a Don Juan Carlos I más de treinta años, sin inviolabilidad, y no encontró un solo indicio de delito»

Historiadores del máximo prestigio coinciden en considerar que Juan Carlos I ha encarnado a lo largo de 39 años uno de los cuatro reinados más importantes de la Historia de España, junto a los de Carlos I, Felipe II y Carlos III. En noviembre de 1975, el hijo de Don Juan III, el nieto de Alfonso XIII, recibió los poderes todos de la dictadura. Y, bien respaldado por Torcuato Fernández-Miranda, a todos renunció para que la nueva Monarquía cumpliera con el papel defendido por Don Juan a lo largo de su dilatado exilio: devolver al pueblo español la soberanía nacional secuestrada en 1939 por el Ejército vencedor de la guerra incivil.

Juan Carlos I dispuso efectivamente de todos los poderes y a todos renunció para que la Monarquía parlamentaria construyera la democracia pluralista plena. Cerca de cuarenta años de paz, libertad y prosperidad forman un reinado en el que España y su Rey se ganaron el respaldo nacional e internacional, convirtiéndose la nación española en un ejemplo de democracia a imitar. El prestigio de nuestro Monarca alcanzó tal intensidad que Don Juan Carlos pronunció discursos institucionales ante el Parlamento británico y ante la Duma de la Unión Soviética, ante el Congreso de los Estados Unidos de América y ante la Asamblea de la República comunista de China.

Aquejado de achaques físicos insalvables, Juan Carlos I decidió abdicar la Corona hace ahora once años en su hijo y heredero Felipe VI, al que había preparado para desempeñar con eficacia la alta magistratura señalada por la Historia.

Frenéticas campañas antimonárquicas zarandearon a Juan Carlos I a los pocos años. No iban contra él, sino contra su hijo Felipe VI, al que se pretendía desarbolar para proclamar una República Confederal y una nueva Constitución. La serenidad, la prudencia y el buen sentido impidieron consumar la operación a la que el nuevo Rey, bien respaldado por la Reina Letizia, se enfrentó con extraordinaria inteligencia.

Y, por cierto. Nadie habla en medio del tsunami contra el Rey padre que el fiscal suizo de izquierda radical, Yves Bertossa, le investigó treinta años sin inviolabilidad alguna y firmó finalmente un auto sentenciando que no había encontrado un solo indicio de delito. Y Dolores Delgado le investigó desde 2014 a 2022, también sin inviolabilidad, y sentenció que tampoco había encontrado un solo indicio de delito.

Luis María Anson, de la Real Academia Española