A pesar del...

Liberales que votan, o no

En un día como hoy, donde intervencionistas y no intervencionistas somos convocados a las urnas: ¿qué harán los liberales?

A pesar de las críticas al liberalismo desde las izquierdas hasta las derechas, y de los augurios sobre su crisis definitiva e inminente, nuestras teorías parecen gozar de buena salud. Todas las encuestas, en efecto, colocan a las ideas liberales en un lugar relevante conforme al número de sus adeptos. Pero en un día como hoy, donde intervencionistas y no intervencionistas somos convocados a las urnas: ¿qué harán los liberales?

Hay, por supuesto, estudios sobre el comportamiento de los ciudadanos españoles ante las elecciones, que sugieren que la participación tiende a ser mayor, por ejemplo, entre las personas casadas, o mayores, o religiosas, en especial los católicos. También se ha debatido sobre la participación de la gente más ideologizada, porque parece que tienden a votar en mayor proporción, lo que contrasta con una cierta tendencia a la abstención en el caso de la izquierda. Esto último explica el esfuerzo que hacen sus líderes en las campañas, en pro de la movilización. La estrategia no es explícita, pero es real, como sabemos desde que se filtró el comentario que le hizo Rodríguez Zapatero a Iñaki Gabilondo cuando creía que nadie más escuchaba: «vamos a crear tensión».

El caso concreto de los liberales ha sido objeto de un trabajo reciente de tres especialistas: Iruñe Ariño Lagarita, Natalia Martín Fuentes y Eduardo Fernández Luiña, «La ideología liberal y la participación electoral en España (2010-2020): el comportamiento diferencial del votante liberal», Revista Española de Ciencia Política, marzo 2023.

Su hipótesis es que los liberales no deberíamos destacarnos por acudir masivamente a las urnas: «las tesis que defiende el liberalismo, en todas sus corrientes, secundan el individualismo y promueven cierta desconfianza y escepticismo hacia el poder político», lo que quedaría fortalecido porque en España no hay un partido político liberal.

Los resultados confirman la hipótesis, y la participación de los liberales «en las cinco elecciones generales que han tenido lugar en ese periodo ha sido inferior a la media de los individuos que expresan algún tipo de adscripción ideológica diferente a la liberal… los liberales son menos participativos que el resto de la población ideologizada, siendo su participación casi diez puntos porcentuales inferior, por término medio, durante el periodo estudiado».

Como siempre, hay excepciones. Sin ir más lejos, yo he votado en todas las elecciones, y lo haré también hoy.