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Liberalismo «ma non troppo» de Feijóo y cuitas de familia
El líder del PP no es, ni mucho menos, un liberal «pata negra», sino «ma non troppo»
Mariano José de Larra (1809-1837), afrancesado y escéptico con su propio país, escribió que «ser liberal en España es ser emigrado en potencia». El liberalismo nunca arraigó de verdad, sin olvidar que los liberales hispanos, además de pocos, casi siempre han estado a la greña entre ellos. El rocambolesco episodio del nombramiento y dimisión simultánea de Antonio Cabrales como consejero del Banco de España, a propuesta del PP, tiene una trastienda interna liberal, al margen del intento de Nadia Calviño –por sí misma o por delegación monclovita– de acabar con uno de los últimos consensos existentes, la costumbre de pactar los nombramientos en la institución que ahora gobierna Hernández de Cos.
Pablo Vázquez, gallego y liberal, pero no el más liberal de todos, parece ser el economista elegido por Alberto Núñez Feijóo para ser el gran referente económico del PP, mientras que Juan Bravo, Inspector de Finanzas del Estado, estaría más orientado a gestionar y a los asuntos de hacienda y presupuestarios. El líder del PP no es, ni mucho menos, un liberal «pata negra», sino «ma non troppo», convencido de que el credo liberal tampoco arrasa entre los votantes populares, algunos tan apegados a la protección estatal como los del PSOE. La prueba es su gestión en Galicia, con políticas liberales y mucho menos liberales. La elección de Pablo Vázquez, nombrado la semana pasada director de la Fundación Concordia y Libertad, respondería a un intento de explorar una especie de tercera vía liberal, con guiños evidentes a los que suspiran por cobijarse bajo el paraguas estatal. El viaje al centro de Blair desde el socialismo, pero en dirección contraria. Vázquez, que ha dejado un puesto muy bien remunerado en McKinsey, llegó a la política de la mano de Ana Pastor –que nunca entusiasmó a los liberales–, es discípulo de Francisco Cabrillo, ese sí, liberal «pata negra», y tiene fama de ser un gallego contemporizador. Sus detractores le reprochan compadreo con los socialdemócratas más liberales; sus defensores lo ven como una virtud, porque amplía horizontes. Es lo que explicaría su elección fallida de Antonio Cabrales para el Banco de España, porque había sin duda candidatos más naturales, como José Luis Feito o Fernando Fernández, sin ir más lejos. En cualquier caso, Feijóo ya ha dado una pista de sus intenciones, liberales «ma non troppo», pero quizá aúnen voluntades en las urnas a pesar de las cuitas familiares, eviten o no «emigrados en potencia», como decía Larra.
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