Editorial
Luz al final de un túnel desolador en Argentina
La izquierda mundial lo denuesta y el sanchismo lo calumnia, tal es su desprecio por el mandato del pueblo soberano. Para los argentinos, es la luz al final del túnel corrupto y vil del peronismo y sus cómplices
Resucitar a un muerto es imposible salvo que medie un milagro. Le sucede casi igual a los países que caen bajo el yugo de administraciones negligentes e inmorales. Las constantes de Argentina con el peronismo eran incompatibles con la vida en bienestar y prosperidad, además, claro, de con lo que entendemos por un ejercicio de los derechos fundamentales del ciudadano. La izquierda populista, justicialista, sumió en la miseria y el despotismo a una de las naciones más ricas del planeta, esquilmada por el caudillismo de casta. Fue una gestión dolosa y delictiva que no debería quedar impune, pues el dolor provocado a millones de argentinos y al país en su conjunto resultó devastador. La voz de Javier Milei resonaba entonces como un clamor en el desierto del absolutismo kirchnerista, una promesa de conciencia y libertad. El ejercicio de esa oposición sin tregua se convirtió en la tabla de salvación de la gente para quebrar el statu quo de ese universo perfecto de corrupción y clientelismo que medró y sostuvo el poder desde la Casa Rosada a sus poderosas terminales. Milei ha llegado a la presidencia gracias al pueblo, ha sido el triunfo de la voluntad de los argentinos por sobrevivir y en cierto modo redimirse. Lo hecho sin evitar a los ciudadanos la verdad de un presente imposible y un futuro viable pero únicamente desde costosos sacrificios y lacerantes exigencias. No hay milagros, proclamó Milei, el libertario, ni pócimas mágicas, ni atajos que endulcen el acíbar del vía crucis que a la sociedad y a la nación le aguarda por delante. Los argentinos han depositado en su presidente la tremenda confianza y responsabilidad de recomponer la democracia, el estado de derecho, y de habilitar una economía íntegra para el común, sin artificios ni embelecos. Desde el rigor y la ortodoxia para reconducir la losa asfixiante de la hiperinflación, el yugo de los pobres. 232% fue el legado emponzoñado del peronismo. El rigor fiscal, el primer cuatrimestre entero sin déficit público, el primer superávit trimestral en 16 años, ha activado el proceso de desinflación. Ese 8,8% en abril ha devuelto el alza de precios a un dígito por primera vez en siete meses y, tal vez lo más relevante, ha propiciado una mejora en las expectativas de los consumidores. Los esfuerzos han sido reconocidos por el FMI, que ha ponderado además avances «significativos para ampliar la asistencia social a madres y niños vulnerables, así como proteger el poder adquisitivo de las pensiones». La caída del riesgo país, la recuperación de la credibilidad de los inversores, la estabilidad del peso son síntomas prometedores en un contexto, conviene no engañarse, crítico. Milei está en España. Visitó la Casa de LA RAZÓN para presentar «El camino del libertario», el retrato de su vida y obra, que define, como ningún otro rasgo, la pasión por la libertad. La izquierda mundial lo denuesta y el sanchismo lo calumnia, tal es su desprecio por el mandato del pueblo soberano. Para los argentinos, es la luz al final del túnel corrupto y vil del peronismo y sus cómplices.
✕
Accede a tu cuenta para comentar