La mano de los servicios secretos rusos

No soy una apasionada de las películas de James Bond, pero emociona ver en las noticias la huella de los servicios de Inteligencia. Hoy, reconozco a los agentes 007 rusos su última operación en Italia.

En octubre pasado, el oligarca ruso Artem Uss, de 40 años, fue detenido en un control del aeropuerto de Malpensa. Sobre Uss pesaba una solicitud de extradición a EE UU por contrabando de petróleo, evasión de sanciones, fraude bancario y blanqueo de capitales. Su padre, gobernador de una lejana región de Siberia, criticó la decisión de las autoridades italianas y eximió a su hijo de corrupto: «Es un caso políticamente motivado».

Así, Uss se quedó en Milán, sin pasaporte y a la espera de juicio. En marzo, un tribunal aprobó extraditarle a EE UU, dejándole bajo arresto domiciliario con una pulsera telemática en el tobillo. A los dos días, mientras impugnaba la sentencia italiana, desapareció sin dejar rastro.

Hasta que esta semana, como por arte de magia, emergió en Moscú. Y no se oculta, hasta da declaraciones a los medios rusos. Agradecido, el empresario perseguido por la justicia asevera que «en estos últimos días particularmente difíciles, personas fuertes y fiables han estado cerca de mí...». Gracias a sus palabras nos cuesta menos imaginarnos al ruso de 2 metros que le ha ayudado a huir sin dejar huella de Italia. «Mi regreso a la patria, incluso de una forma tan “atípica”, es una victoria», saca pecho Uss.

Obviamente, el enfado de Estados Unidos es mayúsculo, que no entiende cómo a un socio del G7 y de la OTAN, se le escapa alguien tan importante y más, en plena invasión rusa de Ucrania. Dañar la economía de los oligarcas es una de las medidas tomadas por Occidente para así obligar al Kremlin a parar la guerra.

Ahora se ha sabido que la pulsera no tenía el GPS conectado y que a la residencia de Uss a las afueras de Milán no paraba de entrar gente. La prensa italiana cree que Uss salió en coche, junto a un chófer misterioso y abandonó el país con un pasaporte falso en un avión privado. Una meticulosa operación perfectamente orquestada.