Parresía
En manos de Puigdemont
No se equivoca Emiliano García Page al asegurar que esta legislatura acabará solo cuando Puigdemont quiera
El viernes pasado, desde este rincón, os escribía sobre la posibilidad de que el estadounidense Joe Biden tirara la toalla y renunciara a la carrera presidencial. Efectivamente, ocurrió. Comenzó muy potente la semana informativa, que se consume ahora con la vicepresidenta Kamala Harris empoderada, tomando las riendas del Partido Demócrata, incluso revertiendo a su favor las encuestas y recibiendo los clásicos insultos trumpistas («lunática de extrema izquierda» es el comentario más decoroso que ha salido de la boca del susodicho al mencionarla). De todos modos, queda aún mucho partido por delante para saber si Harris logrará el hito de convertirse en la primera presidenta en la historia de su país.
Por aquí, ya con el Poder Judicial renovado, también cabe la posibilidad de que una mujer lo presida a partir del próximo martes. Un día «D» en el calendario para Pedro Sánchez, que se prepara para declarar como testigo –cara a cara o por escrito, veremos– ante el juez Peinado, por el caso que afecta a su mujer.
El presidente del Gobierno quiere evitar a toda costa la imagen viral del magistrado entrando en la Moncloa, mientras todo su entorno subraya que lo de Begoña Gómez no tiene recorrido judicial. Pongamos que finalmente sea así pero, al margen de lo legal, suena poco ejemplar que una persona sin titulación oficial llegue a obtener una cátedra y a dirigir un máster en una universidad pública. Y que las empresas que financian ese máster acaben consiguiendo contratos públicos, previo apoyo epistolar de la directora del máster.
¿Quién dijo que en verano no pasa nada? Si hacemos un recuento superficial, en estos días salpicados de olas de calor extremas, además de los temazos que os describo arriba, la Roja ha ganado la Eurocopa y nos ha inundado de banderas de España por todos los rincones. Chaves y Griñán han visto como el Constitucional borraba buena parte de sus respectivas condenas por el caso de los ERE, y ahora el PSOE andaluz quiere darle la vuelta a la tortilla, presentando demandas contra la oposición por injurias y calumnias. Tampoco olvidemos el drama de la inmigración canaria, que continúa enquistado en las islas y en los despachos y, más al Norte, en Cataluña, PSC y ERC –cesiones mediante– pactarán en breve un Gobierno catalán con el socialista Illa de presidente, y Junts observará esa jugada con lupa. No se equivoca Emiliano García Page al asegurar que esta legislatura acabará solo cuando Puigdemont quiera. Menos mal que ya están aquí los Juegos Olímpicos parisinos, que nos invitan a evadirnos a ratos del ruido político, económico y judicial, mientras soñamos despiertos con las playas de agosto.
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