A pesar del...
Márgenes que no fallan
Yolanda Díaz: arremetió contra Mercadona, y recordó que la ley permite controlar precios. Verdad, lo permite, igual que ha permitido subirles los impuestos a las trabajadoras
Es que no fallan, señora. Sube la inflación y los estupendos de siempre se apresuran a señalar al chivo expiatorio: los márgenes empresariales. Dos de los habituales ungidos por el óleo progresista, Oxfam y CC OO, aseguraron que los beneficios de los empresarios «explican» el 90 por ciento de la inflación. Algunos llegan a atribuir la subida de los precios a la «codicia capitalista», notable teoría según la cual los capitalistas dejan de ser codiciosos cuando baja el IPC.
La desesperación por encontrar chivos expiatorios explota ante la inflación. Antes le echaban la culpa a Putin y sobre todo al gas, precisamente lo que está bajando de precio. Otro favorito son las grandes superficies, cuyos márgenes, como sabe cualquiera, son reducidos. Esta semana hemos conocido que los márgenes de Mercadona, al revés de lo que cuentan los ultras, han bajado.
Harán cualquier cosa antes de mirar al Estado, que es el dueño de aquello que baja de valor: el dinero. Por eso la inflación puede moderarse en los próximos tiempos: porque quienes la crean, que son los Estados a través de los bancos centrales, dejaron de expandir irresponsablemente la oferta monetaria. Ahora quieren invertir su política, pero a la vez, como siempre, conseguir que nadie les culpe de su eventual efecto recesivo.
Esto es letal para los progres, que ignoran que los márgenes pueden ser consecuencia y no causa de la inflación, y que nunca son uniformes en una economía que necesita lo contrario de lo que los ungidos propugnan, es decir, libertad y flexibilidad. En cambio, los progresistas se apuntan a dislates como el control de precios, en el caso de CC OO, o la subida de impuestos que siempre subraya Oxfam, añadiendo púdicamente que será solo sobre «las rentas del capital», como si los trabajadores no ahorraran, y como si esa subida alcanzara para financiar el gasto público.
Se unió al coro Yolanda Díaz: arremetió contra Mercadona, y recordó que la ley permite controlar precios. Verdad, lo permite, igual que ha permitido subirles los impuestos a las trabajadoras. Afortunadamente, todavía permite que dichas trabajadoras voten. Lo podrán comprobar los de la casta progresista en las próximas elecciones, cuando veremos si las trabajadoras prefieren a los santos ungidos de la izquierda o a los malvados capitalistas de Mercadona o El Corte Inglés.
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