
El trípode del domingo
María: «Corredentora, Mediadora, Abogada»
Muchos teólogos demandan el reconocimiento del que sería el quinto Dogma mariano de la Iglesia Católica
Hoy es una fiesta de singular relevancia en el Calendario litúrgico de la Iglesia, que conmemora la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo a los Cielos, cuarenta días después de Resucitar, lo que sucedió a los tres días de haber muerto —para salvarnos—, clavado en la Cruz. Pero hoy vamos a poner también la atención en el día de ayer 31 de mayo, que culminó el mes dedicado muy especial a promover la devoción a la Virgen María.
Hasta la fecha, son cuatro los Dogmas marianos que la Iglesia reconoce desde que el Concilio de Éfeso en 431 definió el primero de ellos, la Maternidad Divina de María, (María Madre de Dios). Al que siguió el de la Virginidad Perpetua de María (Virgen antes, durante y después del parto), en el Concilio de Letrán en 649. Debiendo esperar doce siglos después, el de la Inmaculada Concepción, proclamado por el beato Pío IX el 8 de diciembre de 1854. El cuarto y hasta ahora el último, la «Asunción gloriosa de los Cielos de la Virgen María en cuerpo y alma», lo definirá Pío XII el 1º de noviembre de 1950.
Actualmente y apoyados por acreditados teólogos que consideran que la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia lo avalan, así como por reconocidos santos contemporáneos como la Madre Teresa de Calcuta y san Pedro Poveda, entre otros, se viene demandando y rezando por la definición del que sería el 5º y último: el de María como «Corredentora, Mediadora (de todas las gracias) y Abogada». El sacerdote diocesano de Getafe Agustín Giménez González, doctor en Teología Bíblica por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, profesor de Sagrada Escritura (...) y reconocido Mariólogo, es autor de una espléndida obra editada por «Nueva Eva» de título «María, mi Madre» y subtitulada «Corredentora, Mediadora, Abogada», lectura muy recomendable para penetrar debidamente en su fundamento doctrinal y en los bienes derivados de dicho conocimiento.
La fecha de ayer es la señalada en la última de las 56 revelaciones de «Nuestra Señora de todos los Pueblos» entre 1945 y 1959 a Ida Peerdemann en Ámsterdam, cuando le anunció que ese Dogma sería definido un 31 de mayo precisamente. El obispo de la diócesis reconoció su carácter sobrenatural en 2002 y tiene muy estrecha relación con las de las 1973 en Akita, Japón, también reconocidas por la Iglesia. Siguiendo una dilatada tradición en la Historia, son numerosas las hermandades, cofradías y grupos diversos que hacen el Voto de defensa de ese Dogma, entregando su vida, si preciso fuera para ellos. Ayer, en la Ermita del Cerro de los Ángeles, se hizo ese voto solemne por numerosos fieles.
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