Opinión

La memoria de un pez

Sánchez piensa que la sociedad española tiene memoria de 30 segundos

Tradicionalmente, se ha pensado que los peces tenían una capacidad de memoria de apenas 30 segundos, cuestión que ha dado lugar a frases muy manidas cuando alguien olvida a menudo las cosas.

Sin embargo, las últimas investigaciones indican que estos animales pueden recordar el contexto, vivencias, incluso recordar el lugar en que nacieron. Algunas especies, como los tiburones, retienen con precisión la información hasta más de un año.

Sánchez piensa que la sociedad española tiene memoria de 30 segundos, de ahí que su táctica sea reiteradamente que, cuando tiene un problema que le está ocasionando desgaste, hace irrumpir otro en la arena política, de manera que los medios de comunicación aparcan el anterior asunto y se centran en el nuevo.

Por ejemplo, cuando se produjo el polémico acuerdo entre Puigdemont y Sánchez, visitas a Suiza de altos cargos socialistas incluidas, Sánchez se agarró a la crítica a Israel por la guerra de Gaza generando una nueva controversia.

También es ilustrativo que cuando se va cerrando el cerco judicial en torno a su familia, pacta la investidura de Illa al precio de la ruptura de la igualdad entre los españoles. Siempre saca una nueva liebre mecánica para que oposición y periodistas corran tras ella y olviden a la anterior. Con el paso de los días, y la ayuda de la nueva actualidad informativa, caen se borra crisis tras crisis.

Pero va quedando un sedimento de rechazo y una sensación negativa. Sometimiento al independentismo, ingobernabilidad, control partidista de las instituciones y destrucción de los pilares políticos que diseñó la Constitución, es lo que queda.

No se puede pasar página al acuerdo de independencia fiscal firmado con ERC. Se trata de un cambio estructural en el sistema de financiación, es decir, con carácter permanente que dejará sin recursos al resto de España para atender la sanidad, la educación y las pensiones.

Los independentistas se quedan con el equivalente al 30% del PIB nacional, pero los demás seguiremos pagando su sanidad, su educación y sus pensiones a costa de recortar en el resto de España.

Un gobernante está legitimado para impulsar los cambios que considere oportunos, pero no lo está para imponerlos según su voluntad, engañando en los contenidos y ocultando transformaciones estructurales del sistema.

Como indica Rodríguez Ibarra en su blog, el gobierno de Felipe González decidió impulsar la entrada de España en la OTAN, pero consultó a los ciudadanos con un referéndum, no lo hizo a escondidas en un despacho.