Parresía
¿Mentir o cambiar de opinión?
En estos días en los que a los partidos les toca ser más que escrupulosos con los datos que aportan, llevamos ya tres rectificaciones de la UE a nuestro Gobierno
De un tiempo a esta parte, los españoles hemos sufrido elecciones por encima de nuestras posibilidades, y el cuerpo lo sabe. El de los candidatos, que nos explican que arrastran estrés y lumbalgia, y el de tantos españoles que estos días han pasado horas a la solana para poder votar por correo desde sus respectivos destinos vacacionales. Correos, tensionado como nunca, ha puesto de su parte refuerzos y todas las facilidades tras las denuncias de sus sindicatos y ahora, menos mal, llegamos al sprint final de la campaña más cansina y acalorada que se recuerde. Nos aproximamos al tiempo de los últimos mítines, de las porras comunitarias, de los colegios electorales con ventilador, de las entrevistas finales a los candidatos a La Moncloa, antes del desenlace final. Pedro Sánchez ha plantado hoy a Griso por Intxaurrondo en la tele, alegando problemas de agenda. No se comprende la excusa, porque ambas colegas comparten la franja matinal. Hablemos mejor de un cambio de opinión, ¿no? Es la justificación favorita del PSOE cada vez que se le señala. Eso de mentir, aseguran, no va con ellos, eso es cosa del PP. ¿Vosotros qué opináis?
En estos días en los que a los partidos les toca ser más que escrupulosos con los datos que aportan, por la cuenta que les trae, llevamos ya tres rectificaciones de la Unión Europea a nuestro Gobierno. La primera, cuando Ander Gil, presidente del Senado, se hizo eco de unas supuestas declaraciones de Ursula Von der Leyen sobre Alberto Núñez Feijóo, publicadas en un artículo de El País. «Este hombre ha venido sin ideas. Solo a desmontar al Gobierno de su país», se leía en dicho artículo. La frase fue desmentida categóricamente por la Comisión Europea. Poco después, fue la vicepresidenta Nadia Calviño quien insinuó que en el Ecofin hay inquietud por un eventual cambio en el poder en España. El presidente del Eurogrupo tuvo que desmarcarse de Calviño, pidiendo respeto por el proceso electoral. Y ahora, Bruselas tiene que volver a sacarnos los colores por el asunto de los peajes en las autovías. Toda España vio, en el debate de Atresmedia, el momento en el que Sánchez le negó a Feijóo que se impondrán peajes el año que viene. El presidente de la DGT tuvo que rectificarse a sí mismo, las ministras de Hacienda y Transportes salieron en tromba a negar esa posibilidad. El propio presidente del Gobierno habló de «bulo» en la tele, con Ferreras. Pues no. El compromiso de España con la UE estaba escrito en el plan de recuperación que les remitimos, como nos acaban de recordar. En 2024, amigos, pagaremos por las autovías, eso no está en discusión. A esto, ¿cómo lo llamamos? ¿Mentir o cambiar de opinión? Las urnas responderán.
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