El trípode

#MeToo al gobierno «sanchista-feminista-progresista»

El #MeToo a Íñigo Errejón es una enmienda de totalidad no sólo a él, sino a toda esa izquierda comunista y populista que actualmente, y todavía, se cobija bajo la marca de Sumar, igual que tras el 15-M lo hizo bajo la de Podemos

El #MeToo a Íñigo Errejón es una enmienda de totalidad no sólo a él, sino a toda esa izquierda comunista y populista que actualmente, y todavía, se cobija bajo la marca de Sumar, igual que tras el 15-M lo hizo bajo la de Podemos, y antes como Izquierda Unida. Fue el Foro de Sao Paulo en 1991, hoy el Grupo de Puebla, que reúne a todos los «progresistas» del mundo, incluido obviamente el sanchismo gubernamental encabezado por Sánchez, el que decidió ocultar la marca del comunismo con sus siglas y banderas tras la desaparición del «Telón de acero» (el Muro de Berlín), y de la misma URSS. Fue una mera estrategia de marketing político ya que promoverlo a «cara descubierta» a partir de entonces cual la «ideología liberadora de la clase trabajadora», no era un producto ni atractivo ni convincente en el mercado político-electoral. De esta forma pasaron de la «lucha de clases» a la «lucha de sexos» tomando a la mujer como víctima sustitutoria del obrero explotado por el capitalismo, para serlo de un machismo y patriarcado opresor y consustancial a las ideologías burguesas y capitalistas. De ahí nace el actual feminismo ideológico como un «clon» del comunismo, que desarrollará la marxista ideología de género lgtbiq+ y la «inclusión», además de la emergencia climática cual nueva religión con sus dogmas incluidos. La Agenda Globalista 2030 es la estrategia impuesta a los «progresistas» y «feministas» del mundo, quienes al igual que Sánchez lucen orgullosos en su vestimenta, el pin que les identifica como fieles siervos de esa nueva gleba mundialista al servicio de las élites que les promueven y sostienen en sus puestos de mando. El «caso Errejón» es una prueba más del engaño y la mentira que se oculta tras ese feminismo que utiliza a la mujer como un mero instrumento al servicio de su ideología tan totalitaria como la comunista que pretenden ocultar. El refranero, que acumula y sintetiza la sabiduría popular de las generaciones precedentes, sentencia esa conducta que diferencia al «personaje de la persona» que ha definido en su carta de despedida el cualificado representante de esa nueva izquierda: «dime de lo que presumes y te diré de lo que careces». Ese feminismo marxista y radical, es el propio del sanchismo que libera multitud de violadores reincidentes del «sólo sí es sí», y se muestra solidario y complaciente con la «progresista» República Islámica Iraní que convierte a la mujer en un «ente embozado» de la cabeza a los pies, y que ahorca a los homosexuales. El Tito Berni, Koldo, Ábalos… son diferentes caras de la misma «moneda Sánchez». Esperamos un próximo #MeToo al feminista y progresista sanchismo.