Mar en calma

Mujer

Al ponernos desafíos conseguimos que el ánimo no decaiga y no dejaremos hueco a la depresión ya que donde hay un vacío, ahí llegará el negativismo para llenarlo

En la semana de la mujer hemos de recordarnos lo que valemos y el gran camino conquistado.

Lo bueno de las dificultades que históricamente la mujer ha tenido que enfrentar es que nos hacen ver que, si no nos rendimos, somos más capaces de lo que creíamos.

Soy amante de los retos y desafíos porque me obligan a estar activa y a tener alta mi energía vital. Al ponernos desafíos conseguimos que el ánimo no decaiga y no dejaremos hueco a la depresión ya que donde hay un vacío, ahí llegará el negativismo para llenarlo.

La paz, la libertad, la igualdad de oportunidades y la defensa de los derechos humanos son pilares que, especialmente a nosotras, nos ha interesado siempre promover.

Tenemos la suerte de ser las que dan vida y reconozco que lo que ha completado y potenciado mi vida de una forma inimaginable es el amor, el deporte, la solidaridad y sobre todo dar vida tres veces. La maternidad ha recompensado todo el dolor porque las sonrisas de los hijos transforman mágicamente los momentos menos agradables de la vida.

Aunque nuestra esencia es la de cuidar, cada vez más mujeres deciden no ser madres.

Ser optimistas nos permite luchar contra la adversidad con lo mejor que llevamos dentro: nuestra actitud, nuestra resiliencia y nuestra inteligencia emocional.

Sin embargo, hay un tema en el que no solo no se avanza sino que se retrocede. Me refiero a la violencia de género.

Igualdad eleva a 10 las mujeres asesinadas por violencia de género en 2023 y no llevamos ni tres meses.

Además, aumentan las amenazas dadas las excarcelaciones prematuras de violadores por rebajas de penas.

Es muy doloroso saber que cuando más se habla de feminismo y más se avanza en esa necesaria presencia de la mujer en todos los ámbitos de la vida, seguimos sintiendo una desprotección que, lejos de desaparecer, se dan pasos que la perpetúan.