«De Bellum luce»

El muro

El «sanchismo» es hoy más militante que nunca, y donde más fuerza tiene es en la imposición de un marco mental general en el que los desvaríos de Vox son un aliado imbatible

El muro no se queda en una frase exagerada de una intervención bronca de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. El muro es una estrategia que está muy pensada, y que, como la derecha no reaccione bien y a tiempo, puede provocar consecuencias irreversibles en el modelo de convivencia que tenemos. Los hábiles ideólogos de Moncloa han diseñado un proceso de reconstrucción del imaginario popular en el que dentro del muro hay que meter al fascismo de estos nuevos tiempos, PP y VOX, y este objetivo lo justifica todo. Bajo una lluvia fina, pero constante, y con la presión de un ejército de soldados militantes hasta el tuétano, bien enseñados en el modelo de Pedro Sánchez de que todo está sujeto al cambio si el interés lo merece, a los españoles se les dirige para que se enfrenten al dilema de si importan más los derechos, supuestamente amenazados, de un amigo, de una vecina o de tu pareja, por una derecha ultra que les apunta, y que es una amenaza para su libertad, que lo que se hable en Ginebra o que se decida que Navarra y Euskadi se anexionan. Y siempre importará más el amigo o la vecina.

El «sanchismo» es hoy más militante que nunca, y donde más fuerza tiene es en la imposición de un marco mental general en el que los desvaríos de Vox son un aliado imbatible. Como no mida bien el PP a lo que se enfrenta, en junio, después de las elecciones europeas, puede encontrarse con un marco irreversible. Vox puede poner en peligro la mayoría absoluta en Galicia y puede condicionar el resultado en las elecciones europeas. Y los barones que hoy dicen que están todos a una con el líder del PP, veremos dónde se posicionan cuando Pedro Sánchez mueva la manivela para empezar a dividirlos con el poderoso rey don dinero. La condonación de la deuda generará tiranteces, y la dirección popular debería adelantarse y construir un mensaje que sea sostenible antes de que se imponga, de nuevo, el relato de la máquina monclovita.

Sánchez promete fotos a Puigdemont de la misma manera que vuelve a coquetear con el Ibex español después de colocarles nuevos impuestos o estigmatizarles públicamente para aguantar en la elecciones. Y aquí vuelve a mandar el poderoso rey don dinero, por lo que por poco comprará las voluntades de los que cuando se reúnen se llevan a las manos a la cabeza y despotrican contra el peligro que representa la nueva coalición. Que se cuiden en Zarzuela, porque también por poco ninguno de éstos saldrá a defender a la institución cuando llegue el momento.