
Mar en calma
Nizar
Nadie es culpable de donde nace y la humanidad no entiende de fronteras
He vuelto muchas veces al Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla. Ahí me salvaron la vida hace 34 años. También han salvado la de mi padre en más de una ocasión: un cáncer, el COVID-19, dos aneurismas… y lo más reciente, una grave pancreatitis que superó milagrosamente el día de Navidad. Pero esta vez, regresar ha tenido un significado especial.
He conocido a Nizar. Él también, siendo un adolescente, perdió sus dos piernas. La historia se repite, aunque esta vez ocurrió muy lejos de aquí: en el campamento de refugiados de Maghazi, en la Franja de Gaza. Un bombardeo acabó también con varios miembros de su familia. Maldita espiral de una violencia que solo engendra más violencia.
Lo primero que hicimos mi padre y yo fue ir a la capilla. Él, emocionado, pidió lo mismo que hace 34 años: «Ayúdale a que salga de aquí caminando». Se me escapaban las lágrimas. Ya en su planta, nos recibieron médicos solidarios que colaboran con Médicos del Mundo, un intérprete y la madre de Nizar. Su calidez hizo que fuera fácil transmitirle todo aquello que a mí me sirvió cuando estaba en su lugar. Nizar no dejaba de sonreír, de hacerme preguntas, de pedirme que caminara por su habitación… Me recordó tanto a mí… las visitas de los amputados fueron las más reveladoras. Iluminaron mi camino. Si ellos pueden, ¿yo por qué no?- Me preguntaba.
Hace poco, el doctor Raúl Incertis, médico de urgencias y anestesista, contaba: «a las tres semanas de mi llegada a Gaza, ya había perdido la cuenta de los niños mutilados, amputados, aplastados o quemados a los que había tenido que atender».
Mañana, Amaral, Viva Suecia, Coque Malla, Rozalén, M-Clan, Iván Ferreiro, Sidecars, Marwan y Rubén Pozo cantarán en un concierto solidario para ayudar a todos esos niños y sus familias supervivientes en territorio palestino.
Nadie es culpable de donde nace y la humanidad no entiende de fronteras.
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