
La situación
Otro ladrillo en el muro
«La pretendida convivencia en Cataluña choca, sin embargo, con el efecto contrario que la amnistía tiene en el conjunto del país»
Ocurrió el 15 de noviembre de 2023. Pedro Sánchez subió a la tribuna del Congreso y pronunció su discurso de investidura, después de haber perdido las elecciones del mes de julio. Pero tenía la mayoría parlamentaria necesaria para seguir en Moncloa. Aquel día dejó para la posteridad, en el diario de sesiones, la confirmación expresa del trabajo que venía haciendo desde su mandato anterior. Dijo Sánchez que «o bien alzamos un muro ante los ataques recurrentes a los valores de la España democrática y también constitucional, o bien le damos salvoconducto». En ese discurso, el candidato a la investidura pronunció tres veces la palabra «muro».
Sánchez fue investido y continuó la construcción del muro entre españoles. El siguiente ladrillo en ese muro lo colocó con la ley de amnistía. Y el Tribunal Constitucional ha puesto otro ladrillo en lo alto, con lo que cada vez resulta más difícil que los ciudadanos que están a un lado y a otro alcancen a verse y, mucho menos, a entenderse. Es un muro imaginario, pero su significado político y social será enjuiciado por la Historia.
Como en la canción de Pink Floyd «Another brick in the wall» (otro ladrillo en el muro), publicada en 1979, Pedro Sánchez ha elevado la altura de esa pared a niveles en los que nunca estuvo en este periodo democrático. Las loas a la convivencia y a la cohesión social que la amnistía aporta se refieren en exclusiva a lo que, según los heraldos del poder, ocurre en Cataluña, ignorando que la primera causa de que la situación haya cambiado fue la aplicación, esta sí indudablemente constitucional, del artículo 155. Y la segunda causa, la sentencia. Ambas, por cierto, con el apoyo explícito de Pedro Sánchez.
La pretendida convivencia y reconciliación en Cataluña choca, sin embargo, con el efecto exactamente contrario que la amnistía tiene en el conjunto del país, donde Moncloa solo ha conseguido convencer a aquellos que están dispuestos a opinar una cosa y su contraria, siguiendo el dictado del líder.
Ahora, solo queda esperar, por si el Tribunal de Justicia Europeo decidiera ayudarnos a los españoles a desmontar el muro.
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