Tribuna

Otros veraneos (II): Las necesarias retaguardias

Unas Fuerzas Armadas que no cuenten con un sentimiento de apoyo de su sociedad pierden su eficacia al desmoronarse su fuerza moral

Otros veraneos (II): Las necesarias retaguardias
Otros veraneos (II): Las necesarias retaguardiasBarrio

Estas crónicas veraniegas tienen un fin concreto: dar a conocer el servicio que prestan hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas en cumplimiento del artículo 8º de nuestra Constitución: «garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional». Algo más de 3.000 efectivos lo hacen actualmente en el exterior formando parte de un sistema de seguridad más amplio, proporcionando disuasión, defensa y estabilidad, porque la seguridad tiene hoy un carácter global.

Pero a la vez, otros tantos lo hacen día a día en territorio nacional con operaciones permanentes diseñadas para dar presencia, mantener la vigilancia y reforzar la disuasión en los espacios terrestres, marítimos, aéreos, del espacio y del ciberespacio (1). Es lo que llamo las «necesarias retaguardias», aun consciente de que el término militar que históricamente designaba a la zona más alejada del enemigo, esta sobrepasado. La guerra actual no tiene límites geográficos ni mucho menos humanitarios.

Estas operaciones son una herramienta eficaz para mantener una vigilancia en espacios de soberanía nacional lo que permite detectar anticipadamente amenazas y facilitar posibles respuestas inmediatas y viables ante potenciales crisis. Y se hacen para que la sociedad perciba esta «capa de seguridad» que le proporcionas sus Fuerzas Armadas. En caso necesario encajan junto a estas misiones, otras no permanentes que surgen de necesidades puntuales como actualmente la instrucción de soldados ucranianos.

El Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa es el encargado de planear y dirigir estas operaciones, apoyado en los mandos operativos de los Ejercitos y la Armada y del Ciberespacio.

El terrestre (MOT) al que me ceñiré hoy, está bajo el mando del teniente general Salom y engloba los mandos de Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, incluyendo misiones medioambientales como son las «Centinela Gallego» y «Centinela Canario» específicamente destinadas a la prevención y lucha contra incendios forestales. La iniciativa gallega que comenzó en 2009, engloba efectivos no solo de la brigada «Galicia» sino también del Tercio Norte de Infantería de Marina. El modelo, demostrada su eficacia, fue adoptado en Canarias tras el desastre ecológico que representó el incendio de 13.000 hectáreas en Tenerife en 2023. Su Cabildo «mima» especialmente estas patrullas que en número de 920 este año, bien coordinadas con efectivos del propio Cabildo y con efectivos de SEPRONA de la Guardia Civil, recorren sus pueblos de montaña en un huso horario que abarca desde las 16 hasta las 4 de la madrugada. Este efecto disuasorio, preventivo, es esencial. Estas patrullas obtienen, además, un conocimiento óptimo del entorno, actualizan cartografía y reconocen puntos sensibles de interés militar y acaban conociendo sobre el terreno costumbres, prácticas agrícolas y movimientos de excursionistas, con lo que pueden realizar su misión de «prevenir antes que curar».

Del «curar», ya se encarga la UME con un prestigio bien ganado. Será la punta de lanza de intervenciones previsibles este verano. Y lo hará en mínimos tiempos y con probada eficacia. Bien dotada de medios como está actualmente, su principal valor está en el compromiso de servicio que tienen con nuestra sociedad, sus hombres y mujeres, lo que les permite ser eficaces y a la vez ser respetados y queridos. Pero siempre necesitará también una retaguardia, alguien que les facilite movimientos, medios suplementarios o incluso bases desde donde apoyar su esfuerzo. Ha quedado más que demostrado que la Base de Bétera fue fundamental para el apoyo, no solo de la UME, sino de otras unidades e incluso de las FCSE, en Valencia a consecuencia del desastre de la Dana. De ahí deriva o se consolida una buena iniciativa del Ejército de Tierra por mantener con medios imprescindibles, espacios que antaño ocuparon unidades operativas que cambiaron de emplazamiento o se disolvieron. Con reactivaciones relativamente sencillas, estas bases que ya cuentan con acometidas eléctricas, agua, incluso depósitos de carburantes, pero sobre todo espacios para plataforma de helicópteros y «campa» de vehículos, pueden prestar servicios impagables a lo largo y ancho de nuestra España en casos de catástrofes, como se demostró en Bétera.

Me citan, por último, los responsables de estas operaciones, un factor importante como es el de la relación con la sociedad, no solamente mediante visitas a autoridades sino también en contactos con los ciudadanos. Unas Fuerzas Armadas que no cuenten con un sentimiento de apoyo de su sociedad pierden su eficacia al desmoronarse su fuerza moral. No son pocos los analistas que centran la derrota norteamericana en Vietnam a la falta de apoyo de su ciudadanía.

Cuando sentimos desmoronarse instituciones en nuestra España, es bueno constatar que nuestras Fuerzas Armadas, tanto a vanguardia como en retaguardia, cumplen con su mandato constitucional.

(1) OPVD. Operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión.

Luis Alejandre Sinteses general (r). Academia de las Ciencias y las Artes militares.