Tribuna

Otros veraneos (VIII). El «Centinela» en Alborán

Somos muchos los que estamos con ellos. Y como ellos sabremos encontrar vientos favorables que nos permitan encontrar un día el buen rumbo que merece nuestra Historia

«Puedo contar un detalle que quizás sirva para transmitir nuestro orgullo. En estos días de vacaciones para muchos españoles, que nos pilla en la mar por segundo verano consecutivo, varias noches cerca de costa, vemos las luces de las ciudades y pueblos de la línea Málaga-Almería. Da la sensación de que hay vida nocturna, de disfrute vacacional, ferias o chiringuitos cargados de gente que disfruta de mojito y tapas diversas. Desde el Puente solemos pensar: disfrutad compatriotas, ya que estamos nosotros aquí para todos vosotros. Y lo pensamos con orgullo».

Así lo escribe el TN (1) José Fernández-Riestra, Segundo de a bordo del Patrullero de altura «Centinela», buque con una autonomía de 8.000 millas náuticas, que puede desplazar 1.200 toneladas a plena carga. Entró en servicio en 1992, –su Comandante, el CC. (2) Alexis Molinos le llama «Old Lady»– al tiempo en que realza sus buenas condiciones de navegabilidad, a las que añade: «nuestra autonomía logística y disponibilidad de medios optrónicos de última generación, nos permiten disponer de una sostenibilidad y capacidad de obtención de inteligencia muy adecuadas para los cometidos de seguimiento cercano que realizamos». Se refiere sin citarlo expresamente a seguimientos por el Mar de Alborán de unidades rusas que transitan desde el Báltico a la zona de operaciones de Ucrania y al revés. Creen que es bueno que en cuanto entran en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) española encuentren un buque de guerra nuestro, por extensión de la OTAN, «dándoles la bienvenida». Añádanse a estos controles de soberanía, otras misiones que oscilan desde las operaciones antidroga en colaboración con los CFSE (GEOS de la Policía en la última navegación), salvamento marítimo, protección medioambiental y en general «proteger los intereses marítimos nacionales allá donde se encuentre». Destacan también el poder servir de banco de pruebas para nuevos equipos. De hecho «acabamos de cambiar el cañón principal por un montaje SENTINEL con un cañón de 30 milímetros montado por Escribano Mechanical&Engienering» (3) una empresa nacional de creciente prestigio, que ha apostado entre otras iniciativas como la del Lanzacohetes SILAM para el Ejército de Tierra, por convertir los actuales montajes manuales de los buques de la Armada en sistemas modernos operados remotamente incluso desde el puente de mando.

Siempre me preocupan los aspectos humanos de su tripulación, formada en este caso por 53 miembros, 8 de ellos mujeres, de los que 46 pertenecen a la dotación del propio buque y los otros 7 al Equipo Operativo de Seguridad de Infantería de Marina. Por modernos que sean los sistemas de armas, sin la calidad técnica y humana de los hombres y mujeres de a bordo, nada es posible. Y se sienten orgullosos de estas cualidades.

Con retranca gallega, consideran a su barco y a su dotación, puramente ferrolanos, «excepto 4 o 5 gaditanos», «aunque el Comandante sea de La Coruña», e incluso «una Cabo es de Finisterre». ¡Como si sean de otro planeta! Conozco bien este espíritu casi cantonal del Departamento Marítimo, al que llegué en uno de mis destinos forzosos cuando ostentaba el bello nombre de Capitanía General, nombre puramente castrense repudiado por cierta clase política. Hoy presumo de tener allí, no solo buenos amigos, sino también nietas gallegas.

«Este año la misión se adelantó una semana –con lo que ciertos planes de vacaciones se fueron al traste– y se prolongará una semana más». Como siempre, lo asumen. El «ni pedir ni rehusar» de nuestras Ordenanzas. ¿Valora este esfuerzo nuestra sociedad? Todos sabemos que tiene más eco mediático algún asunto morboso, de igualdad o de reconciliación, que el esfuerzo continuado y callado, la eficacia y seguridad en sus cometidos. «Lo que hacemos muchos aquí y lo que hacen muchos otros en misiones internacionales debería convertirse en motivo de orgullo para todos los españoles». Reconocen que se ha mejorado mucho la comunicación, tanto oficial como en redes, pero quizás no lo suficiente.

Valioso testimonio en mi opinión de unos servidores públicos que no acaparan titulares, ni su barco aparece en brillantes revistas navales, ni la OTAN les distingue por ser punta de lanza de sus despliegues. Pasan desapercibidos, fieles a sus deberes por encima de sus derechos; leales a su Armada y a España a la que un día juraron servir.

Entorno bien diferente con el que se mueve nuestra vida política, donde los derechos borran obligaciones y los egoísmos sustituyen a las lealtades. Incluso se apuesta por trocear a la misma España que ellos protegen.

Pero somos muchos los que estamos con ellos. Y como ellos sabremos encontrar vientos favorables que nos permitan encontrar un día el buen rumbo que merece nuestra Historia.

(1) Teniente de Navío

(2) Capitán de Corbeta

(3) Partiendo de un sencillo taller de Coslada se ha convertido en empresa puntera en Defensa tras adquirir el 3% de INDRA. Una catedra de la Universidad de Alcalá lleva su nombre