Mar en calma

Paloma de plata

La igualdad, la integración, la superación y la entrega a los demás inspiran a nuestros jóvenes a formar parte de un mundo mejor

Hoy el Parlamento de Andalucía se llena de valores con la celebración anual de los Premios Paloma de Plata de Escuela Cultura de Paz: un galardón que reconoce a quienes cuyo compromiso social es ejemplo para los jóvenes.

La asociación sevillana sin ánimo de lucro Escuela Cultura de Paz, órgano de cooperación al desarrollo en materias de Mujer y Juventud, lleva 25 años impulsando proyectos que fomentan la convivencia, el deporte, la música, el voluntariado y, sobre todo, la paz. Nació cuando todavía vivíamos bajo la amenaza de la violencia del terrorismo, pero aún existe una violencia que destroza hogares y vidas: la violencia intrafamiliar. Una sociedad pacífica sigue siendo el objetivo a alcanzar ya que es sumamente determinante en el éxito personal y profesional el nivel de paz y calma que alcanzamos cada uno de nosotros en nuestro día a día.

Los galardonados son deportistas, músicos, comunicadores, empresas u organizaciones que tienen algo en común: encarnan valores humanos que les han llevado al éxito y son ejemplo para todos. La igualdad, la integración, la superación y la entrega a los demás inspiran a nuestros jóvenes a formar parte de un mundo mejor.

Todo símbolo de convivencia democrática, como el Parlamento andaluz, ha de fomentar la educación en valores como el camino idóneo hacia la paz social. El carácter internacional de la Escuela Cultura de Paz, reconocida por el Consejo Económico y Social de la ONU, amplifica el impacto de cada gesto solidario, como es la cena benéfica que cada año ayuda a Meraki Smile School en Madagascar a que haya cada vez más niños escolarizados.

Y hablando de compromiso y solidaridad, agradecer una vez más la gran ayuda de la Fundación Amancio Ortega, esta vez al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, por impulsar tratamientos innovadores que mejoren la vida de quienes enfrentan lesiones medulares.

La verdadera grandeza no es lo que tenemos, sino lo que damos.