Mar en calma

Paz

Los deseos de paz de millones de personas en el mundo siguen sin ser escuchados y un ataque sin precedentes deja bebés decapitados, zonas devastadas, muertos por el suelo…

La violencia, el dolor, las salvajadas jamás estarán justificadas en el nombre de nada ni de nadie.

Un ataque inesperado, sádico y sangriento en el Nova Festival, en Israel, conocido como el festival de la paz, ha desatado una respuesta que crea aún más dolor y más desesperanza. Volvemos a una guerra interminable en la que el ojo por ojo, promete la más absoluta oscuridad.

El grupo terrorista Hamás ataca Israel y las víctimas, ajenas a los inhumanos designios de los terroristas y a la guerra de la que ni siquiera pueden huir, no dejan de aumentar. Los daños colaterales son siempre los mismos: ciudadanos inocentes masacrados, por no asumir acuerdos ni entender que en el mundo cabemos todos.

Tengo tan presente aquel abrazo de una mujer palestina cuyo hijo había sido asesinado por israelíes, a una mujer israelí cuyo hijo había sido asesinado por palestinos... Corría el año 2006 y estábamos en Nueva York celebrando el quinto aniversario del 11 de septiembre víctimas de barbaries en diferentes rincones del mundo con un solo objetivo: la paz mundial, porque como decía Gandhi: «no hay caminos para la paz, la paz es el camino».

Los deseos de paz de millones de personas en el mundo siguen sin ser escuchados y un ataque sin precedentes deja bebés decapitados, zonas devastadas, muertos por el suelo…

Me quedo con que en España superamos aquel oscuro tiempo de atentados, secuestros y asesinatos por la espalda a sangre fría, hace poco más de una década. Y con que ayer celebramos emocionados el Día de la Hispanidad, una misma lengua, una hermandad unida por el respeto a los derechos humanos.

Y un año más celebramos el Camino de Santiago para personas con discapacidad con la Fundación También. El domingo pediremos a Santiago apóstol, tras este universal camino de superación y de alegría, fuerza e inspiración para que venzamos el desánimo y que el amor frene la demencial y devastadora violencia.