Opinión

La pinza de Sánchez con Vox

"Habrá que estar atentos, pero la amenaza de moción de censura sobre Sánchez cobraría más o menos forma"

El mejor aliado de Pedro Sánchez es Vox. Con el plante a Núñez Feijóo en la votación a la Mesa del Congreso, porque decidió ceder un puesto a Coalición Canaria y dejarles a ellos fuera determinó el devenir de la investidura.

La única oportunidad del gallego era obtener 172 votos a favor de Cuca Gamarra para poder presentar un aval sólido al Rey. Trataba de contraponer una alianza más o menos exenta de dificultades a otra que, todavía está sin concretar y que será bastante cara en términos de Estado.

Pero Abascal, carente de toda fineza en el análisis político, ha conseguido que Sánchez proyecte que la única mayoría posible es la suya con los independentistas. Favor impagable en un país que sufre de hartazgo de elecciones e iría fatigado a una repetición del 23 J.

Sánchez lo ha aprovechado y ha construido la ficción de una mayoría clara y estable. Ha pedido al Rey someterse a la investidura, seguramente para evitar cualquier desviación respecto a lo previsto y, eso sí, ha evitado aclarar el contenido de los acuerdos en general y los referidos a la amnistía exigida por Puigdemont y ERC, en particular. Es decir, asegura tener los votos pero no está dispuesto a explicar cuánto ha pagado por ellos.

Sin embargo, la legislatura puede dar muchas vueltas. El PNV no está cómodo, como tampoco lo estaba con Iglesias y Podemos en la anterior legislatura pero, en este momento, lo que le inquieta son las elecciones vascas, que tendrán lugar en primavera. Bildu les está robando la parroquia y Ortuzar cree que pactar con el PP sería un error estratégico.

En otras circunstancias, el PNV se sentiría más cómodo con Feijóo que con Sánchez, de hecho, la lista de agravios con el socialista es bastante extensa y la relación personal del líder popular con Urkullu es excelente.

Otra cuestión es cuando se haya despejado el horizonte electoral de Euskadi. Si el PNV logra mantener el gobierno, deberá manejar una estrategia diferente con Madrid, pero si lo perdiese, también debería cambiarla.

La política de alianzas de Sánchez ha dado como seguro el apoyo de los nacionalistas vascos, mientras alimentaba a Bildu, blanqueándoles. El coste ha sido para el PNV que se ha dejado varios miles de votos por el camino. Habrá que estar atentos, pero la amenaza de moción de censura sobre Sánchez cobraría más o menos forma.

Esta legislatura será la más breve y la más vergonzosa de la democracia española.