
Sin Perdón
La pocera, el garrulo y otros bichos raros del sanchismo
«El problema es que al sanchismo no le interesa que canten, porque tiene mucho que esconder»
Cada día que pasa conocemos nuevas informaciones sobre las cloacas del sanchismo. El nivel de podredumbre es asombroso. Cuesta entender por qué Sánchez se rodeó de gente tan zafia e ignorante. Es lógico que especulemos, porque resulta muy llamativo. Las declaraciones judiciales de Leire la Pocera y su amigo Dolset confirman que eran unos sanchistas tan aguerridos como ignorantes. No hay que ser un fino analista para entender que con esta versión cutre de Pepe Gotera y Otilio no se podía emprender con éxito ninguna operación política. El tema de los negocios de saunas y prostíbulos de Sabiniano Gómez y sus hermanos es muy interesante, ya que muestra la capacidad de resistencia del líder del PSOE. Es evidente que Suárez, Calvo-Sotelo, González, Aznar, Zapatero y Rajoy hubieran dimitido si sus suegros se hubieran dedicado a negocios de este tipo. La cuestión fundamental es cómo convierte un tema escandaloso y éticamente reprobable en un relato que pretende mostrarle como una víctima de una operación política y mediática que buscaba dañarle.
Ahora sabemos que Leire recibió el material sobre esos negocios, lo entregó al equipo directivo de las cloacas del PSOE y luego se trasladó a los medios afines que convirtieron esa sórdida historia en una persecución de la fachosfera. La realidad es que todo es un disparate, pero le funciona bien al líder del PSOE. A estas alturas, no ha dado ninguna explicación sobre los oscuros negocios de la familia Gómez. En realidad, se ha dedicado sobre todo al escapismo. Me llama la atención la escasa transparencia en este asunto, porque cuando no se tiene nada que esconder, la mejor respuesta es un buen ataque. No me parece una buena estrategia utilizar los audios de las cloacas para inventarse una conspiración que nunca existió, sino que fue una acción preventiva diseñada con el fin de contener los daños. El nivel de la pocera es muy lamentable y es una chapucera que busca hacer méritos con el líder, pero tiene a un garrulo como jefe, según ella misma lo identificó, y un enloquecido empresario fracasado que forman un equipo realmente hilarante. El problema es que al sanchismo no le interesa que canten, porque tiene mucho que esconder. Es todo muy sórdido.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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