Y volvieron cantando
Presidente, menos Siria y más Soria
Los socios de legislatura desde el frente separatista continuarán evidenciando que Sánchez manda mucho pero puede gobernar realmente poco
Existe una notable diferencia entre Pedro Sánchez y sus antecesores a la hora de contemplar las «huidas» de todo jefe de Gobierno hacia la política internacional en detrimento de los temas más acuciantemente domésticos. Todos los anteriores inquilinos de La Moncloa se la lanzaban a la política exterior, especialmente en sus segundos mandatos, en parte porque lo de casa comenzaba a venirles pequeño y en parte porque ya se habían hecho un nombre en el plano exterior que convenía ir alimentando. Pero lo de Sánchez es otra cosa, el presidente actual –que, por cierto, no atraviesa su mejor momento de imagen entre los socios europeos– enfila cuestiones alejadas de nuestras fronteras como es el caso de la posición ante Gaza y las relaciones con Israel, para atender a exigencias de sus socios de legislatura y, sobre todo, para desviar el foco mediático de los no pocos espinosos asuntos que se ciernen sobre el actual Gobierno, especialmente en el plano judicial.
Si a Aznar, en pleno frenesí atlantista e internacional, uno de sus más estrechos colaboradores, encuestas en mano, tuvo que decirle «presidente, menos Siria y más Soria», a Sánchez lo que se le aconseja es justo todo lo contrario, porque es en «Siria» donde contempla la vía de escape y en «Soria» donde abundan los problemas. El jefe del Gobierno y su núcleo duro de estrategas demoscópicos en presidencia han optado por algo que ciertamente tiene el recorrido justo, como es el intento por seducir a prensa y opinión pública en este arranque de curso político con grandilocuentes declaraciones institucionales, bien a propósito del cambio climático hace unos días o bien remarcando la posición contra Israel por el genocidio de Gaza esta misma semana. Ni lo uno ni lo otro van a conseguir que lo que realmente preocupa y en algunos casos escandaliza a los españoles quede en un segundo plano, sencillamente –y lo veremos en próximos días– porque el cerco de la justicia contra personas del entorno del presidente se seguirá cerrando, porque se seguirán perdiendo votaciones parlamentarias como ayer con la reducción de la jornada laboral y porque los socios de legislatura desde el frente separatista continuarán evidenciando que Sánchez manda mucho pero puede gobernar realmente poco. El Gobierno está empeñado en que los españoles miremos a «Siria», pero los problemas de «Soria» son demasiado acuciantes. Otra batalla por el relato.