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Presupuestos Frankenstein

«El pacto presupuestario con ERC y Junt es muy difícil pero no imposible y conduciría a una gran orgía de deuda y gasto»

Adam Smith (1727-1790), padre del liberalismo teórico, defendía que «el único Presupuesto aceptable es el Presupuesto equilibrado». Equilibrado, para el escocés, significaba sin déficit. La aclaración es imprescindible porque Pedro Sánchez y su ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se desgañitarán para convencer a todo el mundo de que las cuentas del Estado que dicen elaborar –y que se han comprometido a presentar– serán «equilibradas», algo que para ellos no tiene nada que ver con la ausencia de déficit, sino con los muy complicados equilibrios que tendrán que hacer si esperan que prosperen. No es sencillo que haya Presupuestos Generales del Estado para 2026, pero tampoco es imposible. Eso sí, de haberlos, serán unos «Presupuestos Frankenstein», a imagen y semejanza del que el desaparecido Alfredo Pérez Rubalcaba (1951-2019) describió como «Gobierno Frankenstein», incluso antes de que llegara a formarse.

La «vice» Montero, también candidata socialista en Andalucía, juega fuerte cuando «promete» presentar los Presupuestos. Necesita sobre todo convencer a Junqueras (ERC) y a Puigdemont (Junts) para que le den su apoyo. Todo es cuestión de precio y el primero ya ha dicho que no habrá negociación hasta que se cumpla lo prometido», es decir, la financiación singular. Eso sí, quizá se contentaría, por ahora, con la quita de deuda, el traspaso del IRPF y que se ponga en marcha la Agencia Tributaria catalana. El gran problema de Montero –y del Gobierno– es que si cede, sus ya limitadas opciones en las elecciones andaluzas todavía se reducirán más. No obstante, ni Junqueras ni Puigdemont tienen ningún interés en que concluya la legislatura y alguna baza debe tener Sánchez porque no parece dispuesto a una derrota parlamentaria con los Presupuestos. Por otra parte, el presidente ya ha demostrado que puede seguir en la Moncloa sin Presupuestos, que no es lo mismo que gobernar. En el caso de que, al final, haya cuentas del Estado para 2026 serán «Frankenstein», un ensamblaje de miembros de cuerpos políticos muertos y, además, una orgía de deuda y gasto que ignorará que «el único Presupuesto aceptable es el Presupuesto equilibrado», el consejo de Adam Smith.