La situación

Los principios del PP

«Si Feijóo permite los acuerdos con el trumpismo español, ¿con qué legitimidad podrá criticar los pactos de Sánchez?»

Cuando Donald Trump ganó las elecciones en noviembre, Santiago Abascal creyó que su partido recibiría un fuerte impulso. Era el momento de que Vox se lanzara al asalto de la «derechita cobarde», ahora que la ultraderecha desacomplejada tenía su gran referente sentado en el Despacho Oval.

Y, en ese momento, la «derechista cobarde» se comportó como tal. Feijóo, lejos de marcar diferencias frente a la ola trumpista, se mostró complaciente con el extravagante y fanatizado presidente americano, temeroso de que un sector de votantes del PP hubiera visto con simpatía la victoria de Trump, y una posición crítica de los populares les hiciera perder votos en favor de Vox. El ejemplo más evidente lo dio Génova, cuando ordenó callar a Esteban González Pons tras definir a Trump con precisión de cirujano: «macho alfa de una manada de gorilas». Los portavoces oficiales del partido se precipitaron a aclarar que ese no era «el criterio del PP».

Pero en las diez semanas que han transcurrido desde la toma de posesión de Trump, el presidente de Estados Unidos ha tenido la ocasión de insultar al presidente de Ucrania, elogiar al de Rusia, vilipendiar a la Unión Europea, indultar a los golpistas que asaltaron el Capitolio, expulsar inmigrantes como si fueran delincuentes, eliminar el departamento de educación, amenazar a Canadá y Groenlandia… y ahora, iniciar una guerra comercial, que afectará, especialmente, al campo español, que se dejó llevar por la verborrea de Vox.

Ahora –tarde, mal y nunca–, en Génova se han percatado del error cometido y han iniciado un viraje en la dirección correcta, salvo por la tentación de replicar en otras autonomías lo que Carlos Mazón ha hecho con Vox en la Comunidad Valenciana. El Partido Popular se carga de razón cuando condena los acuerdos de Pedro Sánchez con Junqueras, Puigdemont y Otegi. Con este historial, Moncloa tiene pocos argumentos legítimos para criticar que el PP pacte con Vox. Pero si Feijóo permite los acuerdos con el trumpismo español, ¿con qué legitimidad podrá criticar los pactos de Sánchez? Es una cuestión de principios, que es algo en desuso, pero en absoluto despreciable.