Bonus Track
Proceso
Sexto: cuando se calme el pataleo fachosférico, meter doblada la ley, bautizando tal fechoría legal con un título que diga lo contrario que pretende
La táctica usada por el poder sigue siempre idénticos pasos. Primero, negar airadamente que planeen realizar una tropelía (i)legal, injusta. Aunque ellos mismos habrán propalado antes que –eso que la mayoría teme–, «sí» va a ocurrir (amnistía, perdonar malversaciones de políticos delincuentes, usar el TC para cambiar sentencias del Supremo relativas a delitos políticos, caso ERES...). Si parte de la opinión pública se queja y protesta, descalificarla como «fachosfera», negarlo todo, jurar que nadie va a delinquir aprobando leyes ilegítimas. ¡Mentira fascista! ¡Fango! ¡No habrá amnistía, ni concierto fiscal catalán, ni referéndum, ni independencia…! ¡Lodosfera!
Segundo: silencio amenazador. Mutis. Semanas sin declaraciones. Parón. Algo traman. Señor, qué miedo…
Tercero: elegir un momento favorable para el gobierno y nocivo para oposición y ciudadanía modorras (verano ardiente, vacaciones, puentes, catástrofes mundiales, juegos olímpicos, guerras…).
Cuarto: proclamar que la futura ley ha sido aprobada por el Comité Ejecutivo del PSOE, ¡gubernamentalmente nombrado representante de «todo» el pueblo español! Luego, hacer mucho ruido exclamando que con esa ley salvarán a la humanidad.
Quinto: si se producen reacciones críticas, alegar que nada será efectivo hasta firmar complicados acuerdos extraparlamentarios… ¡con los beneficiados por dicha ley! ¡Huy, tranquilos…!
Sexto: cuando se calme el pataleo fachosférico, meter doblada la ley, bautizando tal fechoría legal con un título que diga lo contrario que pretende. Verbigracia: si la bazofia legal legaliza la corrupción y la fomenta, se llamará «Ley de lucha contra la corrupción». Si la ley divide al país y lo enfrenta, se llamará «Ley para la convivencia y pacificación social».
Séptimo: repetirán argumentario ministros, periodistas lacayos, ovejos varios…, todos a una, proclamando el mantra propagandístico: ¡una ley por el bien de «estepaís», dentro de la Constitución! Y si no, que se lo pregunten a Conde-Pumpido… Jurarán que, de hecho, están salvando al Sistema Solar –que peligraba hasta la elaboración de esta ley–, además de luchar denodada y heroicamente por la liberación sexual de los protozoos.
Finalmente: decretazo, ley remendona, escrita con faltas de ortografía, y españolitos a tragar, pagar, sufrir y callar. (¡Hasta la próxima, pringaos!).
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