El bisturí
El PSOE se hunde en los sondeos y en las marismas de Doñana
¿Qué ha hecho durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez para frenar la proliferación de pozos legales e ilegales y la sobreexplotación de los acuíferos? Absolutamente nada
Pedro Sánchez y sus huestes han decidido quemar todas sus naves en un intento desesperado y, posiblemente, ya vano, de revertir los sondeos electorales, que barruntan para el PSOE un cataclismo sin precedentes en numerosas regiones. En Madrid, por ejemplo, la campaña de insidias y calumnias que el inquilino de La Moncloa instigó desde el principio de la legislatura contra Isabel Díaz Ayuso, especialmente durante la pandemia, no sólo no parece hacer mella alguna en el apoyo ciudadano a la presidenta madrileña, sino que amenaza incluso con volverse como un bumerán contra La Moncloa y su líder regional Juan Lobato, al que empieza a conocérsele con el sobrenombre de Simancas II en todos los mentideros políticos de la capital. De acuerdo con las encuestas, los populares obtendrían la mayoría absoluta en Madrid y podrían quitar incluso el gobierno al PSOE en feudos que tradicionalmente le eran afines, lo que consumaría una pérdida de poder territorial sin precedentes para los socialistas en la mayor parte del país.
Como antídoto ante tamaño hundimiento, el presidente, sus ministros y fontaneros están optando por una sobreactuación acrecentada por toda su artillería mediática, con resultados dispares hasta el momento. Vienen haciéndolo desde hace meses, de hecho, con la Sanidad pública, tocando siempre en hueso en la capital y en otras autonomías, y repiten el esquema en otras controversias de diferente temática. Todo con tal de arañar un puñado de votos entre los que aún dudan si entregarlos al partido de Alberto Núñez Feijóo o a la plataforma ultraizquierdista de Yolanda Díaz. La desesperación moclovita es tal, que el Gobierno no pone reparos en caminar por el alambre de la demagogia para tratar de recuperar el terreno perdido. El caso Ferrovial es un ejemplo de esta forma de proceder y un fracaso absoluto para el PSOE, al que la compañía ha dado una bofetada sin precedentes con el cambio de sede porque busca una seguridad jurídica que el Gobierno no ha sido capaz de ofrecerles. La espiral impositiva e inflacionista, y el grave rumbo del déficit y la deuda públicas han convertido a esta empresa en la avanzadilla de otras que podrían seguir el mismo rumbo, en lo que constituye un suspenso rotundo a la política económica vigente.
Otro campo de sobreactuación lo constituye Doñana. Con este parque natural el PSOE trata ahora de hacer gala de una supuesta bandera ecologista y de la lucha contra la especulación voraz cuando es precisamente él el culpable de la situación en la que se encuentra esta joya natural. ¿Qué hizo para protegerla durante los 40 años que estuvo al frente de la Junta de Andalucía? ¿Y qué ha hecho durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez para frenar la proliferación de pozos legales e ilegales y la sobreexplotación de los acuíferos? Absolutamente nada. ¿A qué espera este partido para poner en marcha los trasvases con los que revertir la situación del parque que él mismo aprobó? Si la vicepresidenta Teresa Ribera se hubiera dado la misma prisa en proteger las lagunas que en participar en publirreportajes dirigidos a atacar a PP y Vox otro gallo le cantaría ahora a Doñana. El último cliché al que se aferra ahora el PSOE para revertir el fracaso que vislumbran las encuestas es el de la vivienda en alquiler, tras cinco años de subida disparada de los precios por culpa de la política errática de su Gobierno.
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