Puigdemont se complace en humillar a Sánchez

El prófugo golpista Carlos Puigdemont es el gato que juega a placer con el ratoncito Sánchez. Sabe que el presidente del Gobierno se dedica ya a preparar las elecciones del 2027. Hasta entonces precisará de los seis partidos que le apoyan: Sumar, Podemos, ERC, Bildu y los derechistas PNV y Junts. El gran obstáculo con el que se enfrenta Pedro Sánchez en este momento es la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Si consigue que el Congreso de los Diputados los respalden, el camino hacia las elecciones de 2027 quedará razonablemente despejado, entre otras razones porque el año que viene podría prorrogar los Presupuestos, sin perder el decoro institucional como ocurriría ahora.

Carlos Puigdemont tiene conciencia de la debilidad de Sánchez y le exprime sin piedad, consiguiendo concesiones que bordean la legalidad constitucional. Que la bordean y para varios constitucionalistas expertos la hieren de forma clara y rotunda. A Sánchez le entra por un oído esa legalidad constitucional y le sale por el otro, aguanta mecha y termina cediendo ante los despropósitos del prófugo, que ha conseguido ya, según sus propias palabras, «categoría de Estado». Para el presidente Sánchez el órdago electoral del 27 tiene una significación especial. Si pierde, se puede encontrar con un proceso judicial y cárcel para los suyos y también para él. Por eso se ha adueñado ya de casi todas las instituciones con incidencia electoral y se esfuerza por comprar todo lo comprable. Algunos creen incluso que podría tentar a diputados del Partido Popular.

A Carlos Puigdemont sólo le falta exigir, a cambio de sus exiguos siete escaños en el Congreso de los Diputados, el referéndum de independencia para Cataluña. Los observadores más sagaces no lo descartan. Los asesores y consejeros de Sánchez estudian la envoltura que sería necesario dar a ese referéndum para que colase como constitucional. El prófugo golpista domina la situación y se complace en humillar a Sánchez. Con solo siete diputados ha conseguido, incluso, suspender un Consejo de Ministros y permitir su reanudación conforme a sus exigencias concesionarias.

Pobre España, ay de ti, en el mundo tan nombrada… por la ambición de un César de alpargatas, toda entera puedes resultar atropellada.

Luis María Anson, de la Real Academia Española